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Autorreconstrucción de A. Cruzvillegas: como un eco de la arquitectura informal de la clase trabajadora

— Sobre la exposición de Abraham Cruzvillegas en Zúrich, Marely Flores Martinez de ©PuntoLatino, Zúrich 25 de marzo 2018

En Kunsthaus Museum de Zúrich tuvo lugar del 16 de febrero al 25 de marzo 2018 la exposición del artista mexicano Abraham Cruzvillegas: “Autorreconstrucción: Social tissue”. Es parte de una serie que comenzó con “Autoconstrucción”, posteriormente “Autodestrucción”, a partir de 2007.

Autoconstrucción: “Un índice definitivamente inacabado, ineficiente, inestable, afectivo, débil, emocional, delirante, alegre, afirmativo, sudado, fragmentario, feliz, contradictorio, solidario, indecente, sensual, amorfo, caliente y comprometido”, Abraham Cruzvillegas.

 

Creció en el Ajusco en la ciudad de México. Posteriormente realizó residencias en el extranjero. Compuso varias canciones durante su residencia en Escocia, con la influencia de su entorno en México, rodeado de la inseguridad, la insuficiencia y la solidaridad. Sus canciones son la mezcla de estilos como boleros, punk, ska, cumbia, corridos, música de protesta en Latinoamérica de los años 70s y 80s. Cada canción deja una lección. Una de ellas se llama “El muro de Berlín”, donde manifiesta que un muro es el producto de intolerancia, un monumento a la hipocresía. A partir de 2007, decidió plasmar en su obra el panorama arquitectónico y de construcción de su entorno.
Su obra se describe como una serie de ensambles e instalaciones provisionales aparentemente, como un eco de la arquitectura informal de la clase trabajadora en la que el artista nació. «Autoconstrucción» representa las estructuras construidas por los mexicanos creadas sin supervisión del gobierno, que no son solo construcciones en sí de concreto o madera, sino que son estructuras sociales, políticas y económicas, con el enfoque de: antes de construir una casa, se debe reclamar la tierra debajo de ella. Por ejemplo, la colonia del Ajusco fue absorbida por Coyoacán en un intento del gobierno por despojar de sus tierras a la población y la obra representa, entre otros rasgos, la estrategia de la población para evitarlo.

 

En la exhibición se utilizó una amplia gama de materiales para representar la realidad. Construcciones con vidrio, redes para pescar, redes para cazar mariposas, plantas, frutas, madera, cajas de plástico, artefactos obsoletos como cámaras de video, televisiones y computadoras que son usadas para fines distintos de los que para los que fueron creados. El producto, “construido sin presupuesto y sin voluntad arquitectónica, actualmente la casa parece caótica y casi inútil; sin embargo, cada detalle, cada esquina tiene una razón de ser y estar allí. La casa es un auténtico laberinto pulido por la pátina simultánea de la construcción, el uso y la destrucción. Esta autoconstrucción debe ser vista como un proceso cálido en que la solidaridad entre vecinos y familiares es muy importante. No solo en términos de colaboración como tal, como un capital compartido, sino como un entorno educativo y enriquecedor para cualquier individuo como parte de una comunidad, para entender su propia circunstancia”.
La serie de obras que componen el proyecto “Autoconstrucción” proponen observar la casa como un todo, las modificaciones improvisadas se hacen con el fin de tener un lugar habitable con los recursos disponibles e inmediatos. Están llenas de irregularidades, que reflejan la urgencia y la conciencia de lo inmediato.
“En mi obra, la transformación de información, materiales y objetos compone también la definitivamente inacabada construcción de mi propia identidad, como una aproximación a la realidad. A través de hechos.” (Abraham Cruzvillegas)

 

En la sala se puede aprender también sobre los diferentes movimientos sociales de Latinoamérica. Se despliegan pósters de las manifestaciones reflejando los problemas económicos, ideológicos y sociales de Latinoamérica en diferentes épocas.

 

La exposición permite al visitante reflexionar acerca de la realidad diaria de millones de personas que deben encontrar soluciones urgentes y funcionales para poder tener una vivienda habitable y lidiar con las circunstancias sociales que los rodean. Asimismo, da una muestra de la idiosincrasia creativa del mexicano para resolver problemas no solo de construcción, sino también de la cotidianidad, con los recursos disponibles y con un sentido de lo inmediato.

 

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