domingo, 13 octubre 2013

| ZURICH FILM FESTICAL 2013 | ALEMANIA |

Exit Marrakech (C. Link): Padre e hijo, dos desconocidos que llegan a conocerse

— nota de Luis Vélez-Serrano —

schneider samuel 900x541 El filme tematiza la relación padre-hijo. Ben (Samuel Schneider), 17 años, es hijo de padres divorciados y su padre, un realizador escénico que se halla trabajando en una pieza de teatro en Marruecos, se siente algo «extranjero» en el país africano. Nada más propicio para invitar a su hijo a pasar unas vacaciones. Se realiza la visita y ésta lejos de significar un acercamiento de progenitor y vástago, muestra lo desconocidos que se sienten uno frente al otro, además -claro está- de sentirse ambos extranjeros en un país cautivante pero misterioso y no fácil de penetrar. El antagonismo, si le puede llamar así, entre padre e hijo, se da también en el aspecto generacional: el padre se siente feliz en su hotel y sus alrededores. El hijo tiene los ojos abiertos a esa otra cultura.

La que no es extranjera a ese continente, es la realizadora Caroline Link, que ya cosechó elogios y distinciones con su película En un lugar de África. En una reciente entrevista Caroline Link dice a propósito de hacer escogido Africa como escenario de su nuevo filme: «… die arabische, fremde Kultur bringt ein Gefühl von Gefahr und Sinnlichkeit in diesen Vater-Sohn-Konflikt, das hat mich gereizt».

La invitación del padre al hijo adolescente para pasar unas vacaciones juntos en Marruecos, después de tiempo sin contacto personal, deja advinar el programa narrativo del filme: estrechar la relación de padre e hijo. Pero ambos son y se sienten tan distantes como dos desconocidos y una pelea entre ellos, hace que Ben se meta por los recovecos de Medina hasta llegar a los obscuros clubes nocturnos. Allí, conoce a una muchacha berber, Karima (Hafsa Herzi), que le da corage para afrentarse con su padre y tiene con él una corta pero penetrante relación. Así pues el programa narrativo previsible sufre una transformación radical: se produce un rompimiento entre padre e hijo y un nuevo episodio se abre con la introducción de Karima. No será sino después de azarosas peripecias ora de Ben con Karima, ora de Ben solo, que el encuentro se convertirá en acercamiento y que nacerá o renacerá en ellos el amor paternal y filial perdido o apagado.

Frente a lo desconocidos que se sienten el padre (Ulrich Tukur) frente al hijo, y ambos lo extranjeros que se sienten en el país en el que están, salta una contradicción «imprevisible»: la proximidad que nace entre Ben y la muchacha de los bajos fondos (casa de tolerancia), un enamoramiento, una amistad, cierta complicidad y confianza así sea por un momento, un momento largo por la intensidad. Africa para Ben ya no es extranjera, ya tiene mucho que ofrecer, se deja gustar y querer, entrega a Ben algunos de sus misterios …

Decir que el filme tiene un final feliz sería banal. Lo intesante, lo logrado es que el programa narrativo cumple su fin, pero a través y grancias al conflicto y a las contrariedades. Es un guión bien logrado. Esto mantiene el suspenso en el espectador, pero también la excelente actuación de los actores.

Transmitimos personalmente a Caroline Link y a Samuel Schneider las felicitaciones de PuntoLatino por su magnífico filme.

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