| VISIONS DU RÉEL 2015 |
¿Para qué se hace un viaje como el de Back Water?
— nota sobre el documental de Jonathan Cohrs, por Rodrigo Ruiz Céspedes de ©PuntoLatino —
En español, Backwater significa «remanso». Un brazo de agua que suele ser bastante importante y que sin embargo, no tiene prácticamente corriente. Un remanso puede tener orígenes naturales, o humanos como por ejemplo a través de presas y terraplenes.
Y Back Water se llama también el documental dirigido por Jonathan Cohrs, quien reunió un grupo bastante heterogéneo de siete voluntarios con quienes partió en una expedición de 10 días por los «Meadowlands» de Nueva Jersey. Todos hombres y mujeres de ciudad, estos aventureros embarcaron en canoas cargadas con tiendas de dormir, cocinillas, comida, medicinas, linternas y poca cosa más.
Esta zona originalmente estuvo llena de bosques de cedro blanco, rodeada por los vaivenes de agua dulce a punto de juntarse con el agua del mar. Una reserva natural enorme, posteriormente deforestada por colonos holandeses para crear praderas drenadas utilizadas como granjas. Finalmente, durante casi cien años, los «Meadowlands» de Nueva Jersey fueron utilizados como un vertedero de desechos industriales de 34 kilómetros cuadrados.
En este extraño paisaje natural, el documental nos llena de escenas surrealistas con animales atrapados entre la basura, enormes cuerpos de agua cuya calma se vuelve casi sospechosa en algunos momentos, y como fondo, siempre, la civilización de las autopistas gigantescas, las fábricas abandonadas y los derrames de desechos tóxicos. En principio, el grupo se ve forzado a «sobrevivir» en condiciones relativamente duras, debiendo enfrentarse a un incendio forestal, o a una inundación de agua marina. Pero muy pronto uno se da cuenta de que estos problemas, e incluso la forma en la que sus protagonistas se enfrentan a ellos, subraya las contradicciones que el desarrollo urbano deja en los seres humanos. Contradicciones que pueden llenarnos de un asombro casi patético de tan absurdamente gracioso.
Curiosamente, los problemas más complejos que tuvo que enfrentar esta compañía de aventureros, estuvieron ligados a las varias ocasiones en las que fueron abordados por guardias de seguridad privados, por la policía local, e incluso por el FBI, pidiéndoles explicaciones sobre el motivo de su expedición. Y tal vez el valor de este documental radique justamente en esa pregunta final: ¿para qué se hace un viaje como éste?