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Nadie nos mira: Los rostros de la migración
— A propósito de «Nadie nos mira» de Julia Solomonoff (Argentina 2017), por María del Pilar Ramírez Gröbli de ©PuntoLatino. Festival «Pantalla Latina» 2017, San Gallen.
La película “Nadie nos mira” formó parte del variado y fantástico programa que ofreció Pantalla Latina en el noveno Festival de cine latinoamericano realizado entre el 15 y el 19 de noviembre en la ciudad de San Gallen, Suiza. Esta producción que dirige Julia Solomonoff fue estrenada en el transcurso del presente año, 2017. La producción en la que participan actores de diferentes países del continente sigue el estilo de drama. La migración es la temática central en torno a la que desenvuelve la trama. Sin embargo, temas como el poder, el desempleo, la profesión y el arte como profesión, entre otros, se articulan entre sí y forman un panorama de incertidumbre e inquietud.
El oficio de niñero (que suele ser, casi siempre, una profesión femenina) es la tarea que Nico, el protagonista, se ve obligado a realizar para poder subsistir. En la película, ese rol se presenta casi como una fase de asimilación en el proceso de la experiencia migratoria de Nico. La película escenifica a Nico, el niñero, desde su realidad de migrante ilusionado que espera con angustia y desesperación ser contratado para ejercer su profesión de artista. El estadio de transición que vive Nico, y que en la producción de J. Solomonoff se cristaliza a través de ese rol, pone de relieve la búsqueda tanto personal como profesional a la que se enfrentan los migrantes en las sociedades de recepción. Ante la inminente presencia de un mundo ajeno, el protagonista se enfrenta casi sólo a su suerte. Si bien, es una coterránea suya quien le da el trabajo de cuidar a su hijo, la película muestra poco si existen o no otras formas de inmersión social, bien sea, ofrecidas por el país de acogida o construidas por los mismos migrantes latinos en esos espacios foráneos.
Podríamos afirmar que este drama insiste en la necesidad de desmitificar el sueño americano y la idea del éxito como conquista garantizada al salir de la tierra natal. La experiencia migratoria se representa en la película como un caleidoscopio de sensaciones y percepciones que muestran el contraste entre la idea de éxito con la realidad fallida del logro profesional. En una escena casi de corte paródico, Nico, quien tiene muy poco dinero, alquila el apartamento de un hotel, al saber que lo visitará un amigo, para ocultar la precaria situación en la que vive y esconder su situación como desempleado. Sin embargo, su amigo termina descubriendo que el mundo que le ha mostrado Nico es una ilusión. Así que el microcosmos que Nico construye en el país lejano, lo devuelve poco a poco su realidad. Una realidad que está atravesada por el poder, pues su primo quien es un hombre importante en el mundo artístico ejerce gran influencia sobre Nico, tanto a nivel sentimental como en lo profesional. Al no tener más trabajo como niñero, Nico regresa de nuevo a Argentina y sigue su camino en el arte escenográfico, pero alejado de su primo. Ese retorno marca un nuevo comienzo para su vida profesional y a su vez, es ese mismo retorno el que contribuye a desmitificar las ideas de éxito que se asocian como resultado de la partida. No significa esto que todas las historias de migración equivalgan a la frustración; lo que película nos revela es una profunda necesidad de reflexionar sobre qué ideas nos impulsan a migrar y qué realidades nos impulsan o nos obligan a retornar. La migración puede ser un estadio que recreamos en nuestros viajes imaginarios y asimismo, puede ser un espacio de transición entre realidades que se conectan en diferentes momentos de nuestra existencia. Lo importante es poder descubrir, en cada espacio y en cada tiempo, y conocer los rostros de la migración.
Nadie nos mira (2017)
Dirección: Julia Solomonoff
Guión: Julia Solomonoff / Christina Lazaridi
Argentina, Colombia, Brasil, EE.UU., 2017.
Duración: 102 min
Elenco: Guillermo Pfening, Elena Roger, Rafael Ferro, Marco Antonio Caponi, Paola Baldion, Mayte Montero.