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No puede ser que se hayan ido sin despedirse …

— A propósito de «Los ojos del mar» (1), premio inter-religioso en el Festival «Visions du réel». El filme participó en la selección para la Competición internacional. El premio que «met en lumière des questions de seis et d’orientation de la vie».

 

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Todos reaccionamos ante la desgraciadas pérdidas de alguna manera, ora positiva, ora negativa. Entre las primeras: rearmarse de fe, nuevos planes, recomienzos con denuedo, olvido de momentos tristes a través del recuerdo de momentos felices, etc. «Los ojos del mar» es la historia de gente sencilla que sufrió la pérdida de seres queridos en accidente de un barco de pesca en el mar de Tuxpan (2011), no lejos de la capital mexicana. Naufragio de seis pescadores a causa de una tormenta sorpresiva, naufragio que enlutó a toda una comunidad, familias y amigos que, a sugestión de una ex-prostituta y de un viejo pescador deciden «despedirse» a su manera de los difuntos que partieron sin decirles «adiós». Ambos personajes preparan una caja dibujada y con espejo, en la que depositan presentes con los que quieren despedirse de sus seres queridos y entablar así una comunicación, en una especie de «correo del más allá».

¿Correo del más allá? Podemos llamarle así a  una comunicación a través de la fe, de su fe, de una fe que como toda fe está hecha de creencias, de elementos culturales. La comunicación es una «encomienda», una ofrenda compuesta por recuerdos de índole diferente: fotografías, mechones de cabello, cartas, dibujos, tierra, brújula, etc. Además apoya un intermediario especial con sus plegarias y sortilegios: un brujo con prácticas religiosas sincréticas más bien propias de la superstición y que parece estar convencido de sus poderes para calmar la bravura del mar. Lo importante es que los dolientes y los protagonistas comulgan en esa fe y se sienten felices por comunicarse así con sus familiares y amigos. 

En todo puerto hay marinos (en este caso pescadores), prostitutas y comerciantes y así nos lo recuerda «Visions du réel» en su lujoso catálogo: Tuxpan, en el Golfo de México, no es la excepción. El relato de la protagonista Hortensia Pérez nos muestra también un cuadro de crítica social: una creencia machista pregonaba que las mujeres en la embarcación «traían mala suerte», y ella se insurge contra esa creencia, ella rememora la prostitución de mujeres jóvenes con pescadores viejos, el trabajo brutal y poco retribuido, etc.

Los protagonistas, ex prostituta y viejo pescador, se realizan en hacer realidad un sueño acariciado durante unos cinco años: despedirse de viejos compañeros a través de la mencionada ofrenda. Cuando alguien muere el velatorio y el entierro son una especie de despedida, pero frente a un naufragio … Hortensia y el viejo pescador recurren a una especie de despedida. Un filme que convence porque te hace vivir la vida que vivieron otros y que viven otros. Hortensia narra y la cámara se las arregla para que la historia sea límpida y profunda, como los sentimientos …

 

(1) Del director José Alvarez (México, 80′, 2016).

 


 

 

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