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El silencio comunica en la Isla de la Fantasía 

— Entrevista con Beatriz Seigner, directora de «Los Silencios» (Brasil 2018) por Luis Vélez Serrano. Ginebra (FIFDH), 15.03.2019.

 

Los Silencios

— LV. Los Silencios es sin duda un documental, es decir un filme sacado de la realidad ¿Pero hay algo de ficción?
— BS. El origen es real, se generó a partir de la historia de una amiga mía de procedencia colombiana, es en realidad la historia de su familia. Luego, hablé con 80 familias colombianas viviendo en Brasil, así es como pude documentarme. Esa historia germinó en mí y he hecho también muchas investigaciones para explorar casos similares.

— Y ¿la Isla de la Fantasía?
— La Isla de la Fantasía existe verdaderamente y con ese mismo nombre, está entre Perú, Colombia y Brasil. Y el que sea una Isla para la película era importante porque además da la idea de flotación que yo deseaba. (*)

— La Isla de la fantasía, ¿está en el lado del Brasil?
— Está más en el lado de Colombia. Cada lado de la isla es de un país, está en el medio del Amazonas. La Isla de la Fantasía está muy cerca de Leticia (Colombia), la escuela está en Leticia y la mayor parte de niños van a Leticia, pero algunos lo hacen a Brasil a Tabatinga.

— ¿La Isla tiene alguna delimitación interna de frontera? 
— No, ninguna. Todos son inmigrantes, estén donde estén. [Risas…]
(Luis: unos construyendo muros y otros eliminando fronteras)

— Esas familias ¿eran gente huyendo de todas las formas de violencia, de los paramilitares y también de las FARC?
— Sí, de todas las formas de violencia. Pero yo las veo como víctimas más de los paramilitares que de las FARC. Es evidente que la gente ha huido por muchas causas y de muchos países diferentes, por ejemplo de Venezuela que ha huido la gente por el embargo que ha provocado la falta de alimentos …

— A mi manera de ver Beatriz, en Venezuela no sólo ha sido el embargo, han sido también las políticas públicas desastrosas y antidemocráticas del gobierno de Maduro.
— El embargo es porque los americanos quieren el petróleo de Venezuela.
— Sí Beatriz, pero los rusos y los chinos, no apoyan a Maduro por el amor a las arepas …

— Volvamos a la película ¿Son 10 años que te ha tomado el rodaje?

— Sí. En todo caso más de 9 años. Casi 10 años desde que conocí la historia de mi amiga.

— Leí en la crítica «post-Cannes» que tuviste hasta 13 tomas para definir un escena, por la dificultad que ofrecía el lugar.
— Sí. No sólo el lugar ofrecía dificultades sino la lengua y aún otras …

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La mayor parte de los niños van a la escuela de Leticia (Colombia) y otros pocos van a Tabatinga (Brasil)

— En Los Silencios La familia de Amparo llega deportada a la Isla, y como se ve en la película, huye de los paramilitares colombianos, pero también se ve luego que las familias escapan por la persecución de una empresa petrolera. ¿Cuál es la versión correcta?
— Los paramilitares siempre atacaron en lugares donde hay explotación industrial para que la gente huya de esos lugares y dejen terreno libre a las empresas. Eso siempre sucede casi del mismo modo, también en el actual Brasil. Por lo dicho, se trata de la misma versión.

— Se ve en el filme una escena que es casi de democracia directa. Se pregunta a los pobladores quiénes quieren vender sus terrenos. Uno dice si me pagan el precio justo, les vendo. Otra dice, no quiero vender a ningún precio. No me interesa.
— Sí, así es. Se dan estas escenas.

— Se dice en la película que la inmigración colombiana es la más grande de Brasil. ¿Cuál es la primera?
— Hemos recibido muchos inmigrantes de Siria y de Haití. Ahora no sé cuál es la inmigración más grande, pero en ese momento era la de Angola y la segunda la de Colombia. Lula hizo que los inmigrantes tengan derecho a trabajar y eso atrajo inmigrantes.

— ¿Por qué el nombre Los silencios? Es evidente que no hay mucho diálogo, pero toda la denuncia de la gente está explícita.
— Para mí el silencio es símbolo de la muerte y algunos personajes son muertos. Y de otra parte, para escuchar al otro hay que guardar silencio; la escucha implica silencio. En mi periodo de investigación, cuando entrevisté a tanta gente, la palabra «silencio» venía con mucha frecuencia: ya sea la imposibilidad de hablar, ya sea el miedo, etc. Para hablar de los muertos se lo tiene que hacer en silencio.

— ¿Los fantasmas son los silenciosos?
— Los fantasmas están presentes en todas las conversaciones de los habitantes de la isla y tienen una presencia importante en la narración de mi filme. Todo lo fluorescente es propio de la Amazonía y en el filme caracteriza todo lo que es fantasma. Hay poca música en el filme pero hicimos mucho trabajo en relación al sonido.

— Entre los dos niños protagonistas el contraste niño-niña es significativo: el niño es vivaz, hablador y la niña apenas habla, es tímida.
— Si ella es del lado de los muertos …

— Si alguien después de ver Los Silencios diría que el filme se inscribe en el «realismo mágico» ¿qué dirías tú?
— Yo soy una admiradora de García Márquez. No tendría ningún problema.

— Los paramilitares han hecho mucho daño a Colombia y a la región. Las FARC también han hecho muchísimo daño. La familia de Amparo ¿podría representar a las víctimas de ambas violencias criminales?
— En este caso específico, es mucho más víctima de los paramilitares. En Colombia, como en todo América Latina, los campesinos son víctimas del no acceso a las tierras o del despojo de sus tierras.

— ¿La paz en Colombia debe ser irreversible como propone el expediente Santos?. ¿Tu opinión?
— Se ha firmado un acuerdo. Ahora el gobierno debe hacer su parte.

— A ciertos personajes en el filme, en dos momentos, se los ve escuchando noticias radiales sobre las negociaciones en La Habana entre las FARC y el gobierno colombiano.
— Sí, en alguna medida se escuchaban un poco, es real.

— ¿En qué lugares ya se ha presentado tu filme además de Cannes?
— En India, en Colombia (Cartagena de Indias), Israel, Suecia, España, México, Brasil, en Perú ganamos dos premios. Próximamente se proyectará en Argentina y Praga. Y en Suiza se proyectará dentro de poco.

— ¿Qué evoca en ti la palabra «Suiza? ¿Chocolates, relojes, quesos, bancos … o todo?
— Bueno … los bancos porque es un poco raro … escuchamos tantos temas de corrupción y los gobiernos no pueden recuperar el dinero. De otra parte, Suiza me evoca a la ONU y me parece que es una institución importante. La ONU es también inspiradora para este nuestro Festival de DD.HH.

— ¿Primera vez en Suiza?
— Si, ahora iré a conocer la ONU.

— ¿Tus próximos trabajos=
— Estoy terminando una película sobre la historia de los contadores de historias y negociadores de conflictos en Mali. Además, estoy escribiendo un guión para una nueva película.

 — ¡Muchas gracias Beatriz!

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Entrevistada y entrevistador 

Sinopsis de «Los Silencios»

FIFDH 2019 en PL

(*) La Isla de la Fantasía es un asentamiento que comenzó a formarse en el año 1983 cuando miembros de la familia Ahuanari, de la etnia Ticuna, se instalaron en esta isla de origen aluvial. Allí encontraron la posibilidad de tener una vivienda amplia para su familia, así como de contar con una chagra para cultivar sus propios alimentos y vender los excedentes en el mercado local, ubicado al frente de la isla.
Actualmente, 197 familias habitan en la Isla de la Fantasía (912 personas censadas) en 158 casas palafíticas con un área promedio de 55 m2, las cuales se encuentran organizadas en cuatro sectores. En promedio, las familias de la Isla de la Fantasía tienen 6 integrantes. El hogar más pequeño es unipersonal y el más grande está conformado por 16 personas que habitan en la misma vivienda.
[habitatsur]

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