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El día a día en la formación de un soldado
A propósito del documental «Soldado» (Argentina, 2017, 73′) de Manuel Abramovich
Nota por Luis Vélez Serrano de ©PuntoLatino. «El Soldado» se presentó en el Festival Black Movie en Ginebra el 20.01.2019. Después de la proyección, hubo una discusión con el público en la que participé y finalmente conversé muy brevemente con él. Sobre la discusión con el público publicaré una breve nota al final de este artículo.
«El Soldado» es un documental que filma a un joven, Juan José González, que entra en la vida militar y se lo ve desde el reclutamiento, la revisión médica y los entrenamientos en el Regimiento de Infantería 1 Patricios, en el barrio de Palermo de Buenos Aires. El objetivo de la película es mostrar la vida militar cotidiana, el día a día, de este joven desde su entrada a la vida castrense.
Patriotismo de orden cerrado
La tradición retrata la institución militar como una escuela de patriotismo, de civismo; una institución que sirve para «formar hombres», ciudadanos; que sirve para la defensa de la patria frente a posibles enemigos. Con el paso del tiempo, incluso las instituciones más serias como las FF.AA., tienen cosas que se vuelven algo ridículas, absurdas, que ocasionan gastos insulsos, etc. En la formación del soldado prevalece aún este tipo de tradición y es lo que se ve en el documental del que nos ocupamos.
En el filme resalta sobre todo la monotonía de la rutina castrense, incluyendo desfiles y discursos de los que los civiles (políticos) son partícipes.
La selección del personaje
En corta conversación, el director Abramovich nos dijo que este muchacho tenía algo que mostraba su no total seguridad en la vida militar que iniciaba, el director encontró algo intuitivo en la mirada de Juan y fue lo que lo decidió a tomarlo como personaje, tenía algo de duda o fragilidad (un militar debe ser duro y frio, y en mi opinión, Juan no es duro y frío sólo parece). Juan además venía del interior y eso le llamó la atención y fue otro elemento para escogerlo como personaje-actor del filme.
¿Por qué quieres ser militar?
Uno de los pocos elementos nuevos en el ejército: una mujer es la encargada del interrogatorio o entrevista de reclutamiento. ¿Por qué quieres ser militar? Las motivaciones que exterioriza nuestro candidato a la «mili» en la entrevista de rigor se resumen en tres: le gustó la carrera militar desde antes, es una alternativa laboral remunerada que le interesa y además el que Juan se haga militar le haría feliz a su mamá.
Abramovich en la corta conversación aludida nos confesó que todo lo militar a él, le evoca las dictaduras pasadas, pero en el filme no hay una sola alusión a este triste capítulo histórico. El cineasta argentino, subrayó que no tuvo censura alguna para filmar su documental, ni de parte de las autoridades militares ni de ninguna otra. En su filme no se ven ni escuchan juicios de valor o comentarios sobre los hechos filmados (voz en off u otra). El espectador saca sus propias conclusiones.
La tradición que cada vez emociona menos
En la vida militar la disciplina, el orden, los ejercicios, los desfiles, las paradas, los saludos, etc., tienen una gran importancia y pertenecen al llamado «orden cerrado». Y es este orden cerrado el que se muestra aquí. Naturalmente, para un joven e incluso para un menos joven como yo, ese orden cerrado es aburrido, tedioso y en gran medida sin sentido. Un desfile impecable puede ser ser un show admirablemente artístico, pero en su conjunto, en el s.XXI, decir que estos ejercicios son parte del «patriotismo», hacen del discurso militar, un discurso vacío. Una lectura es que las Fuerzas Armadas mantienen un ritual y un discurso ridículos que otrora fueron percibidos de manera diferente. Lo aburrido resalta con la ayuda de los planos largos en la toma de imágenes y la explicación detallada de las normas: cómo se tiende la cama, cómo se levanta la mano para tocar el tambor, cómo se limpian las botas, etc.
¿Qué aprende el soldado? Tres maneras diferentes de tender la cama según el día de la semana
Una escena del filme es un ejemplo de lo dicho anteriormente: según el día de la semana se tiende la cama de tres maneras diferentes. Lo que la primera semana es divertido, luego es tedioso y aburrido, no tiene sentido. La crítica ha visto también como rituales aburridos los cánticos casi infantiles, que antes hacían al menos reir, como aquél que entonan los que deben quedarse de guardia, aluden que se consolarán con «una paja» (masturbación) [ver vídeo, abajo].
El único rasgo positivo en la formación de nuestro soldado, es que llega a ser músico, aprende a tocar el tambor, elemento que se ve en otros soldados que conforman la banda. Pero los músicos no son sólo músicos, son primeramente soldados que aprenden disciplina, manejo de armas, etc.
Militares y civiles: olvidan Las Malvinas
Se ve a jefes militares impecablemente uniformados que pronuncian discursos inflamados de patriotismo, pero huecos, no dicen nada más que loas a las glorias nacionales. Se ve a un ministro civil recibiendo honores y sumándose al mismo discurso oficial, mientras los soldados firmes se aburren sin prestar atención a los sermones patrióticos. Un jefe militar y un ministro civil presidiendo un desfile militar, pronuncia un discurso en el que habla de «200 años de un ejército victorioso», o algo así, ante la complacencia y aplausos del jerarca civil. Es decir que para estos señores ni Las Malvinas, ni la dictadura militar no cuenta en la historia, no olvidemos que se trata de un documental. Esta escena saca a relucir lo inútil y falso del «discurso oficial» o al menos, de cierto discurso oficial.
En su pueblo y con su madre
Cuando Juan disfruta de su licencia vuelve a su pueblo y visita a su madre. A una pregunta de su madre contesta que él está contento en el ejército y en la vida militar. Le cuenta que uno de sus camaradas de servicio murió, no indica cómo. Es de suponer que se trata de un suicidio, tan frecuente en los ejércitos. Abramovich me preguntó: ¿realmente quiere saber de qué muere el soldado?, le dije que sí y me explicó que murió en accidente de moticicleta. Pero la intriga y la duda que la mención suscita en el espectador, hablé también con algunos de ellos, hace que se incline por creer que fue suicidio. Una crítica situación social de los soldados queda al descubierto: no cuentan en el seguro para gastos de entierro en caso de deceso.
Juan en la vida civil
Juan finalmente se da cuenta que la vida militar aún siendo músico, «no es lo que se imaginaba». Abramovich en la discusión con el público nos informaba que Juan después de algunos meses de terminada la filmación, dejó las FF.AA., y volvió a la vida civil y que estuvo en una proyección de la película. Nos dijo que ahora trabaja de guardia en una compañía de seguridad. Pues la formación a pesar del «patriotismo» caduco y tradicional le sirvió de algo.
La evolución de las FF.AA.
Mi pregunta durante la discusión con el público fue por qué no se ven otras cosas positivas en la formación militar, ya que también las hay. Luego en la corta conversación me dijo que como elemento positivo podría verse como yo pensaba, en la formación como músico que obtuvo Juan.
Pienso en general en instituciones militares que brindan cursos profesionales, cursos de lenguas, deportes, etc., a sus soldados. Hay ejércitos que tienen bandas de altísimo nivel, ballets. Hay desfiles militares que son verdaderos obras de arte. No se ve el factor de cohesión nacional que desempeña el ejército.
La guerra, hoy en día, es tan absurda como el orden cerrado tradicional. Sin embargo, en países como Suiza (cuatro lenguas, cuatro culturas), las FF.AA., son un un importante factor de cohesión nacional. En los países latinoamericanos en otra medida, pero también, integra a diferentes clases sociales. En un ejército moderno se habla poco de la guerra, se habla mucho de la paz, de mantener la paz, de defender la paz. En casos de desastres naturales de envergadura, son los ejércitos los únicos capaces de actuar de inmediato. Reconozco que se habla casi siempre negativamente de las FF.AA., muchas veces con sobrada razón. Reconozco que la juventud, incluso en países como Suiza, ya no se motivan como antes por la vida militar. Pero soy partidario también de poner de relieve las cosas positivas que tiene la institución militar en la vida nacional, en la vida social y en la vida personal de sus miembros.
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