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El relato de Lucía es el alma y la carne de Llegaron de Noche
Entrevista al guionista Daniel Cebrián por María José Burguillos de ©PuntoLatino; Festival Pantalla Latina San Gallen 18.11.2022.
Llegaron de Noche es una de las películas que se han proyectado en la décimo cuarta edición del Festival de Cine Latinoamericano Pantalla Latina, que ha tenido lugar del 16 al 20 de noviembre en San Gallen. Cuenta la historia de una mujer, Lucía, única testigo de la matanza de seis sacerdotes jesuitas, el ama de llaves y su hija, en la madrugada del 16 noviembre de 1989 durante la guerra civil en El Salvador. Su director Imanol Uribe, huésped invitado para presentar la película, no pudo asistir al estreno por encontrarse enfermo. En su lugar contamos con la presencia de su guionista, Daniel Cebrián, que ha concedido a PuntoLatino una interesante entrevista.
— ¿Daniel, es la primera vez que vienes a Suiza?
— Sí, es la primera vez y llevo muy poco tiempo, por lo que no puedo decir mucho del país, pero me ha parecido que está todo muy limpio y ordenado.
— ¿Cómo surgió el guion de Llegaron de Noche?
— La idea de hacer la película es de Imanol, él me encargó el guion. Yo debería tener unos veinte años cuando murieron los jesuitas en El Salvador. Fue un hecho muy traumático en España, donde había una democracia incipiente en los años ochenta, todo era muy nuevo y los jesuitas españoles que murieron en El Salvador eran un referente de la izquierda católica muy importante en todo el mundo. Eran personas de una estatura intelectual enorme que estaban habitualmente en los medios. La televisión de España era muy intelectual porque acabábamos de adquirir la libertad de expresión.
Imanol nació en El Salvador por accidente. Él es de familia vasca y aunque volvió a España siendo pequeño siempre ha tenido un vínculo con este país y solo había estado allí una vez más desde que volvió. Se presentó en Madrid una novela de Jorge Galán basada en los hechos ocurridos en la muerte de los jesuitas. Lo primero que se nos ocurrió fue adaptar la novela, establecimos una relación con Jorge y a Imanol le interesó mucho el personaje en el que se centra la película, Lucía, a la que fuimos a conocer a California. Estuvimos tres días grabando entrevistas para que nos contara su historia. Del relato de su marido Jorge y el de ella proviene el alma de la película, ya que Lucía estaba durmiendo en la universidad aquella noche y fue testigo involuntario de aquello, lo cual determinó su vida y de hecho no pudo volver más a El Salvador.
También fuimos a El Salvador a conocer al Padre Tojeira, que era el provincial de los jesuitas cuando murieron sus compañeros y superviviente de aquella tragedia. Él nos dio una perspectiva interesante sobre la película.
— La película cuenta con actores de primera plana, como Juana Acosta y Carmelo Gómez, ¿Cómo fue el casting?
Todo el rodaje del film está teñido del desastre que fue en el mundo el año 2020 y 2021. Estando Imanol y parte del equipo en Colombia para empezar a rodar la película en marzo del 2020, fue justo cuando empezó lo fuerte de la pandemia, como los problemas de viajes y cierre de países. El casting se hizo antes y después de la pandemia y prácticamente todos los actores sobrevivieron. Para Imanol era muy importante saber quién iba a ser Lucía y, muy pronto, se imaginó que iba a ser Juana Acosta. Habiendo una productora colombiana interesada era muy conveniente que la actriz también lo fuera. Juana se volcó en el papel y su entusiasmo fue el que propició la coproducción. El resto de actores fueron apareciendo. Como se rodaba en Colombia hay bastantes actores colombianos, como Julio Pachón y otros habituales de películas de Imanol, como Karra Elejalde y Carmelo Gómez.
El resto de la actores corrió a manos de Laura Cepeda, con la que he trabajado habitualmente. También hay actores de Perú, Israel, un americano, franceses, cubanos etc. Para mí era importante que los personajes hablaran en la lengua que les corresponde, y si un americano se dirige a Lucía, que le hable en inglés y que alguien traduzca.
Hay dos personajes que están muy bien resueltos, uno de ellos es el del jesuita norteamericano interpretado por Ben Temple, actor americano que vive en Madrid. Él hace un personaje muy característico, el Padre Tipton, que está muy bien conseguido a pesar de la poca semejanza física entre el personaje real y el actor, que supo suplir con una especie de humanidad tremenda. Me fascinó su trabajo porque a pesar de aparecer en la mitad de la película roba la pantalla por completo.
— ¿Has trabajado en otras ocasiones con Imanol? ¿Cómo es la química entre vosotros?
— He trabajado mucho con Imanol y la química es muy buena. Hice una película con Ricardo Franco que producía Imanol en el año 93, trabajé en Días Contados en el 94, después Imanol y su socio, que era Andrés Santana, me produjeron un cortometraje que dirigí en el año 99, más otro largometraje que escribí con Imanol en 2005. Así que hemos escrito varias películas juntos o he escrito yo para él, Segundo Asalto, Lejos del Mar, Llegaron de Noche, otras que no se han producido, una serie, etc.
Imanol tiende a no entenderse con los guionistas, de hecho, le había pasado con guionistas importantes, pero por algún motivo conmigo es, al contrario. Es una persona muy transparente y me siento con mucha libertad con él, además es muy fiel a la gente con la que se entiende y prácticamente colabora con personas a las que ya conoce, de hecho, somos un equipo que nos conocemos hace muchos años. Desde el primer guion hace veinte años hasta ahora nos entendemos bien para trabajar y nos llevamos bastante bien.
— ¿Cuál es vuestra próxima presentación de la película?
— Yo pensaba que la presentación de Llegaron de Noche estaba ya completa, habíamos hecho todo el periplo. Pantalla Latina ha sido un regalo que no nos esperábamos, por algún motivo el distribuidor tenía mucho interés en que viniéramos a St Gallen, pero la película está estrenada ya en casi todas partes y en televisión de pago, y creo que pronto estará en las plataformas. [← entrevistado y entrevistadora. Foto: ©cortesía Pantalla Latina]
— Por último, ¿nos puedes contar alguna anécdota especial de tu trabajo en la película o en el rodaje?
— No estuve en el rodaje porque el comienzo de éste fue en Colombia y yo estaba en Cuba. Aunque había quedado para ir a verlo se suspendió por las medidas restrictivas del COVID, fue muy difícil porque cualquiera que no fuera imprescindible sobraba. De hecho, la falta de figuración que hay en el filme es por este motivo y no por el económico.
La anécdota es la siguiente: estábamos en un pueblo de California visitando a Lucía y a su marido. Fuimos a comer a un restaurante mejicano y me tomé una cerveza Dos Equis. Todos opinaron que no debía conducir porque según Jorge, el marido de Lucía, era muy peligroso. Esa noche condujo él un coche que yo tenía alquilado y casi nos matamos ese día, (entre risas), aunque esto es una cosa muy seria.
A veces, cuando estoy intentando recabar una información para una historia tengo una mala sensación, porque me he encontrado con personas que habían vivido tragedias y cuando las entrevisto llega un momento en que sabes lo que quieres contar. Por una parte sus relatos me parecen fascinantes, pero por otra no dejo de preguntarme qué siente la persona a la que le están robando el evento más dramático de su vida sin el que habrían vivido más felices, como Lucía, que aún después de treinta años de la tragedia aún sigue sufriendo los efectos devastadores de lo que ocurrió.
Ella es una mujer muy fascinante y humilde, y cuando conoces la historia de su vida puedo decir que conozco muy poca gente con esa resiliencia, capaz de aceptar lo que le toca y de reinventarse cada vez.
— ¡Nuestro agradecimiento a Daniel Cebrián por concedernos esta entrevista para PuntoLatino!