cine allende abuelo521x261

 

| CINE | CHILE |

Marcia Tambutti Allende: Es necesario mirar el dolor que nos trajo esta violencia … mirar el dolor e intentar comprenderlo lo más serenamente posible

Resumen de las preguntas del moderador y del público a Marcia Tambutti Allende, en el pre-estreno de Allende mi abuelo Allende, Cinéma Capitole, el 27 noviembre de 2015, por Mauro Mendonça Kato y Luis Vélez Serrano.

 

P. ¿Qué exactamente te ha motivado a tomar la cámara y contar tu historia y la de tu familia? Historia que representa en parte la historia de Chile y del mundo …
R. La necesidad de completar la imagen de mi abuelo, de conocer los espacios cotidianos, saber cómo era mi familia, se convirtió en una necesidad personal.
En algún momento tomé la decisión de que iba a hacer una investigación, creo que la idea de un documental vino de un modo un muy «naif». El documental de Juan Carlos Rulfo (El abuelo Cheno y otras historias, 1995), un cortometraje donde él busca a su abuelo. Lo encontré como muy poético. Cuando me fui a Chile, mi abuelo cumplía casi 100 años de su nacimiento y pensaba entrevistar o conversar con personas mayores. Para mí el paso del tiempo tiene mucha poesía. Pensé que si hacia esta investigación tan solo para mí, o si me quedaba con esta imagen solo para mi, iba a ser muy egoísta porque, en mi infancia, mi abuelo pertenencia a todos.

 

P. Desde el principio del filme encontramos esta idea del «rechazo» a hablar, la gente que no tiene ganas de hablar, de «llenar los huecos» o dar una imagen a lo que tú estabas buscando. ¿Tú imaginabas encontrar esta forma de rechazo?
R. Sí, claro porque ya me había sucedido muchas veces. Entonces yo sabía que quería retratar algo muy sutil, el silencio puede ser sutil o puede ser muy duro. Por ejemplo, con mi tía yo sabía que iba a haber suspiros o respiraciones contenidas.
Al principio fue difícil, porque es difícil poner una cámara y preguntar a alguien que no te responda, y estar siendo filmado que no te responda. Al inicio yo interrumpía el silencio.
Pero bueno, creo que con la evolución del proceso y de la película misma, creo que el silencio final con mi abuela, yo siento que por lo menos yo ya estoy fluyendo en este silencio y aprendí del mismo. A pesar de saber que lo que quería capturar también me iba a incomodar al principio, pero después lo acepté mejor.

 

16tambutti marcia250x147P. Hay que precisar que todo eso fue un proceso largo. La película no fue hecha en pocos días, fue hecha en muchos días …
R. En ocho años … (aplausos).

 

P. Yo no sabía que Allende se había suicidado. ¿Usted piensa que la historia hubiera sido diferente si él no lo hubiera hecho?
R. Aunque en la película solo se ve a mi familia, yo hablé con muchos de sus amigos y colaboradores. Siempre empezaba diciéndoles «Yo no quiero hablar sobre la muerte de mi abuelo, quiero hablar sobre su vida, cuéntame por favor cosas de su vida». Pero en algún momento de la conversación todos me hablaban de la muerte.
Después comprendí que el país necesitaba saber la verdad. Para nosotros, como familia al inicio del golpe, en Cuba, nos dieron la versión de que lo habían matado. Años más tarde, los médicos que estuvieron con él hasta el último minuto y que fueron hechos prisioneros en la isla Dawson, cuando salieron de prisión, uno de esos médicos había visto con sus ojos el momento en el que mi abuelo si disparó. Luego la autopsia confirmó esta hipótesis.
Y esto le dio sentido a lo que mi abuelo había dicho durante toda su vida a mi familia. Porque mi abuelo siempre dijo «A mí no me van a sacar como a un Presidente en pantuflas y en bata». Que a pesar de que al principio, la versión de que lo habían matado recorrió el mundo, la familia y la gente luego aceptaron la versión del suicidio.
Uno de sus colaboradores me dijo de que el hecho de que mi abuelo muriera, él estaba consciente de que esa era una salida política, que podría evitar más muertes …
Muchas personas me dijeron que él lo había expresado muchas veces, que si fuera necesario se quitaría la vida.
En los años ochenta, una periodista tuvo acceso a la grabación a las conversaciones de radio que tuvieron los militares durante el golpe. En un momento, cuando los militares le ofrecen un avión para él y su familia, empiezan a discutir a donde enviarían el avión y lo que harían. Pinochet lo que dice ahí es que el avión se va a caer en la mitad del vuelo ¡y se ríen!  Si lo hubiera aceptado yo no estaría aquí …

 

P. Respecto al montaje del filme, me gustaría saber si usted tuvo la libertad para montar el filme como quiso o si tuvo que mostrarle a su familia antes de exhibirlo. Y saber así cuál fue la reacción de su familia ante el trabajo acabado.
R. Creo que lo más difícil, o una de las partes más difíciles fue el montaje. Tomaron muchas horas y al mismo tiempo yo me sentía nerviosa de exponer al público las cosas que eran dichas. Pero cuando yo empecé, me propuse a hacer una historia honesta. Y esto es lo que te guía, aunque tengas que atravesar situaciones difíciles, uno es fiel a ciertos principios.
Yo no mostré a mi familia la película hasta que no la terminé. Fue un domingo en la mañana y fue un día hermoso porque comimos juntos y nos quedamos hasta de la seis de la tarde conversando. Les produjo mucha emoción.
Se lo había mostrado un poco en la computadora a mi mamá pocos días antes. Porque había sido el aniversario de la muerte de mi hermano y mi mamá no había vuelto a ver imágenes de él.
Lo que fue increíble como reacción de mi familia, fue que por fin se dieron cuenta de lo mucho que rehuían contestar, porque no se daban cuenta …. Entonces se reían y decían «cómo te debe haber costado haber hecho esta película».
Yo creo que a medida que la película salía en cines de Chile y mi familia la volvió a ver con el público, el público se identificaba en muchos casos con ellos y luego se acercaban a felicitarles porque se habían abierto. Les ha dado mucha seguridad y creo que nos has hecho bien.

 

P. Yo me pregunto cómo en el filme no hay violencia, una violencia contra la dictadura. ¿Eso es algo que viene de su infancia y la educación de su madre y su abuela? ¿Este amor por la vida y este recuerdo de su abuelo que es tan fuerte? Es algo que me parece increíble.
R. Yo por ejemplo tomé la decisión de no mostrar los aviones bombardeando el palacio de La Moneda, en realidad aprendí de mi propia familia esa no violencia. Mi abuela denunciaba el atropello a los Derechos Humanos pero no tenía una rabia o sed de venganza. Buscaba la unión de la izquierda con más fuerza que hablar violentamente.
Como conocemos la historia, creo que es interesante y muy necesario mirar el dolor que nos trajo esta violencia. Mirar el dolor e intentar comprenderlo lo más serenamente posible.

 

→ Nota de Luis Vélez Serrano de PuntoLatino sobre el documental, V E R

 

15tambutti marcia pl521x521 

 


 

→ Sección «Filmar en América Latina» 2015 en PuntoLatino, V E R

 


 

 

Compartir en redes:

Menú