| CINE | COLOMBIA |
«Narcos», un cáncer social:
«Los dos Escobar» (Colombia) en el Zürich Fillm Festival
— Reportaje de la función del 26.09.10. Film Festival ZURICH, Luis Vélez-Serrano —
El director del filme Jeff Zimbalist (EEUU) con el prospecto de PuntoLatino
«Los dos Escobar» se presentó por uno de sus propios directores, Jeff Zimbalist [foto] en un auditorio completo en el Corso de Zúrich el 26.09.10. Zimbalist reveló que la producción duró más de un año. Es un documental objetivo; muestra, informa y mueve a la reflexión sobre el poder «narco» que corrompe todo lo que toca y no para mientes en llegar al fútbol. Son testimonios personales que ponen en cuestión a toda una sociedad en un momento determinado y felizmente superado de su historia.
Se trata de la década de los ochenta y principios de los noventa. Es la historia de dos Escobar: Pablo el narcotraficante más temido, conocido y poderoso que tuvo Colombia y Andrés, un popular futbolista de élite de reconocido profesionalismo. Además del común apellido sin ningún parentesco, a los dos personajes es el «narco» y el fútbol que los relaciona y los mata, pero en situaciones asaz diferentes. Tanto el narcotraficante como el deportista de élite, aman apasionadamente el fútbol.
Capitán el uno, y Capo el otro
Andrés forma parte de un equipo que se beneficia de las magnanimidades del capo «Don Pablo», que se da el lujo de «comprar» el Club Atlético Nacional de Medellín. Ahí naturalmente, no es el sólo amor al fútbol, sino el interés en un extraordinario negocio de lavado de dinero que guía al Capo Esocbar. El «delito» de Andrés es hacer un casual e
La familia de Andrés recurrió al encontrar que la figura del futbolista aparecía vinculada con la del narcotraficante. Empero en el documental, no hay nada que relacione directamente a Andrés con Pablo, que no sea su pertenencia al Club de marras. Se ve claramente quien es el Capitán y quién es un Capo. [L. Vélez]
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Intersección y llaga triangular: fútbol, crimen y política
— nota de Antonio Surber @ para PuntoLatino —
Colombia a inicios de los años ’90, un caldero de sangre, corrupción y narcotráfico. La cruda muerte de dos hombres homónimos de apellido, marcó el fin de una era. Ambos, héroes y villanos – villanos y héroes que tocaron la gloria con sus propias manos y sucumbieron ante el gélido beso del plomo. El primero, Pablo Escobar, alias "El Patrón", cabecilla del Cártel de Cali y en ese entonces, según la revista Forbes, el séptimo hombre más rico del mundo. Pablo es probablemente el criminal más exitoso y rico en los anales del narcotráfrico mundial. Sin embargo, «Don Pablo» fue para muchos una suerte de Robin Hood colombiano, quien en sus principios en el mundo de la ilegalidad, tuvo como máxima «quitarle a los ricos para darle a los pobres». Su territorio no era el bosque de Sherwood, pero si los submundos de Medellín y luego el territorio de su país, después de ser elegido Representante suplente a la Cámara para el Congreso de la República de Colombia en 1982.
El Cartel de Medellin oficiaba de «sponsor» del renombrado equipo de fútbol Atlético Nacional a fines de los ’80. Mecanismo altamente efectivo para el lavado de activos. Don Pablo no solo era el maestro titiritero del club sino que sentía a flor de piel los colores de ese equipo. Por ese entonces, capitán del mismo, un jóven dotado de una técnica y una elegancia envidiables: Andrés Escobar, apodado también "El Caballero del Fútbol". Nació así, no solamente entre ellos, sino con todos los jugadores de la Selección Nacional -que por esos años llegó a su apogeo futbolístico, con hazañas épicas-, un vínculo emocional que arrastraría consecuencias a nivel mundial.
«The two Escobars» cuenta sobre la intersección y llaga triangular de fútbol, crimen y política. Como prácticamernte para todo latinoamericano, el fútbol era y será más que un juego: representa la identidad nacional, la cual cabalga sobre el éxito o posible fracaso de estos once jugadores. Los hermanos Jeff y Michael Zimbalist, firman un documental de alto valor periodístico, cronístico y a la vez emocional. Bosquejan un fascinante retrato de Pablo, Andrés y un país batido por una violenta lucha de intereses, sumido en una creciente guerra civil, hoy por suerte superada.
[Nota de Antonio Surber @ para PuntoLatino]
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