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La habitación de al lado o cuando la muerte es deseada

— Nota sobre «La habitación de al lado» de Pedro Almodóvar, proyectada en el Zurich Film Festival 2024, por Luis Vélez Serrano de ©PuntoLatio. Suiza 2024. Una nota que se dirije a los que ya vieron el filme.

Tema: suicidio asistido

La película premiada en Venecia, del español Pedro Almodóvar, tematiza la eutanasia o más bien, el suicidio asistido, es decir, cuando la muerte es deseada. Admitiendo que eutanasia es un suicidio asistido en el que el fármaco es administrado por personal sanitario y el segundo caso, eutanasia, es el paciente que se procura el fármaco a través del personal competente o de alguna forma. En esta película la pastilla necesaria fue perdida en los afanes del viaje por la protagonista y no la hubiese encontrado sin el auxilio de la «cómplice», «amiga del alma», la acompañante de la habitación de al lado. Por amor o amistad se puede coadyuvar a terminar con la vida de alguien que no quiere sufrir/vivir.  En la narrativa del filme es interesante ver cómo las perspectivas de ambas protagonistas convergen.

Almodóvar y las dos protagoistas de «La habitación de al lado» © eurocine

Dos perspectivas orquestan el plan en un melodrama

Dos personajes ocupan la escena, son dos mujeres en la sesentena, viejas y entrañables amigas, que no se ven añadas ha: Ingrid (Julianne Moore), una intelectual, escritora, y Martha (Tilda Swinton), una antigua corresponsal de guerra. Ingrid se entera de que Martha está en el hospital luchando contra un cáncer avanzado y acude a visitarla. Allí nace la humana complicidad para el plan: la muerte asistida de Ingrid. Así las dos están unidas por una vieja amistad con elementos del pasado como el haber compartido la relación con un mismo hombre y también de haber sido colegas de trabajo en una revista. Ahora el plan es acabar con una vida a tiempo, evitando  de que sea una muerte en vida.

Si una persona va a morir irremediablemente y quiere eludir los sufrimientos de los últimos momentos, quiere meter fin a su vida cuando ésta es aún disfrutable, y quiere hacerlo gozando de la compañía de un ser querido que debe estar en la habitación de al lado y que está dispuesta a este acompañamiento final como siguiendo el dicho «amigos hasta que la muerte nos separe».

Son así dos perspectivas que se aprecian: la de la suicida que quiere evitar la degradación de la vida y el consecuente dolor físico y la perspectiva de la persona acompañante cuya empatía y solidaridad se imponen a cualquier otro sentimiento. Perspectivas que convergen en un mismo plan.

 

Éxito o fracaso del plan: la señal

Esta como otras narrativas muestra un plan (el del suicidio asistido) que deja al espectador, entrever dos posibilidades: éxito o fracaso. La señal acordada entre ambas personas será que cuando la puerta de la habitación del personaje sufriente, esté cerrada, será signo de que puso fin a sus días. La amiga fiel estará atenta a ver cómo está la puerta: cuando la vea cerrada, será señal de que su entrañable amiga ya no está en este mundo y cuando esté abierta, ella estará aún en vida. Éste, como todos los códigos no es inequívoco y la puerta estará abierta … pero nadie dentro de la habitación. Sin embargo, en otra dependencia del edificio, el cuerpo sin vida de la protagonista, yacerá ya inerme. En la economía narrativa de esta película, una puerta abierta o cerrada, nos demuestra que en toda gramática algo puede variar, aumentando el suspenso.

 

Un alegato por el suicidio asistido

Cuando la muerte es irremediable y se avecina con una enfermedad que avanza dejándose sentir dolorosamente, ¿es justo adelantarse a ella para evitar duros sufrimientos? Y para los seres que quieren a la persona enferma ¿es éticamente aceptable que le ayuden a consumar el suicidio? ¿La eutanasia es éticamente aceptable?

El espectador del filme, empatiza con la amiga y siente solidaridad con la enferma. Sin embargo, no faltan personas que por prejuicios religiosos condenarán a paciente y a su amiga. Lo vamos en alguna crítica y en comentarios de redes sociales. Al espectador de sacar sus conclusiones. En mi opinión, el director Almodóvar asume una posición que me parece humana y ética.

 

Un final sereno y en paz

Preparar su muerte, significa para la protagonista, primeramente aceptarla. Luego imaginarse el desenlace, sintiendo la compañía de una persona querida, aunque esa persona querida sea una amiga cercana y no la hija distante física y sentimentalmente, «por un malentendido» (como se ve en el filme), de la sufriente. Dejar la carta a la policía para no comprometer a la persona amiga. Dejar escrita también su última voluntad en la que manifiesta que su hija rencorosa cuenta. Gozar de los últimos momentos sobre todo en paz y serenidad.

La protagonista es una ex-corresponsal de guerra, como tenemos dicho, y en el filme, parece aceptar la muerte como se acepta una guerra perdida, pero en esta vida, si todos vamos a perder la guerra contra la muerte ¿por qué no morir en paz, sin dolor, sintiendo la compañía y amistad de una persona cercana? No es morir sin luchar, la protagonista ya libró una batalla sometiéndose a una cura probable de laboratorio, cuyos ensayos clínicos fracasaron. Es ya aceptar lo inevitable.

El director Pedro Almodóvar nos dice: «El ser humano debe ser libre para vivir y morir cuando la vida sea insufrible» (Fotogramas, «Histórico discurso de Pedro Almodóvar»).

 

Ficha técnica

La habitación de al lado || The Room Next Door. en inglés, 2024, España, 107′
Temas: suicidio asistido, eutanasia, amistad, familia (la protagonista tiene una hija con la que media una distancia rencorosa.)
El filme es inglés, creo que la película en español hubiese sido tan buena como en inglés o quizá mejor … (En España la eutanasia está legalizada desde 2021).
Película premiada en Venecia (León de Oro), en San Sebastián. Presentada en el ZFF 2024. Película seleccionada por el Festival de Cine de Nueva York (62 ed.).
Dirección: Pedro Almodóvar
Producción y Guion: Agustín Almodóvar
Basada en:  Cuál es tu tormento de Sigrid Nunez, Editorial Anagrama
Música: Alberto Iglesias
Fotografía: Eduard Grau
Montaje: Teresa Font
Protagonistas: Tilda Swinton y Julianne Moore

 

 

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