La criminalización del aborto es sencillamente criminal

Nota sobre «Levante» de Lillah Halla

Nota de Luis Vélez Serrano, redactor de ©PuntoLatino

El tema es el aborto y el contexto es el mundo deportivo femenino. Más concretamente, se trata del embarazo no deseado, ella no siente amor por la persona que la embarazó, sólo recuerda que «era un tipo con moto». Ella quiere interrumpir el embarazo, por no deseado, y choca con la ilegalidad del aborto en Brasil, sancionado con penas severas, estigmatización por prejuicios y el consecuente hostigamiento popular.

Se trata de un equipo femenino de voleibol, el Capão Leste (nombre del barrio de São Paulo), en el que mantiene una fuerte solidaridad, una especie de hermandad entre sus miembros. Es un suburbio de gente humilde en São Paulo.

Sofía (interpretada muy bien por Ayomi Domenica), la protagonista de 17 años, tiene el sueño de triunfar en su carrera deportiva y concretamente en un campeonato en el que se entrega con abnegación y el que será decisivo para su futuro profesional. Sofía, es una jugadora estrella que puede tener aspiraciones legítimas en su carreta deportiva. Pero ese sueño «se interrumpe» al saber que está embarazada, justo antes del campeonato. Ella desea abortar, pero en Brasil el aborto es ilegal y es sancionado con severas penas, y la penalización recae no solamente sobre la que aborta sino también sobre todos los que la ayudasen.

En Brasil hay «clínicas» en las que las pacientes que desean abortar intentan ser disuadidas con motivos religiosos, según declaró a la prensa internacional la directora Halla en alguna oportunidad. Son unas «clínicas» trampa.

La fallecida madre de Sofía es uruguaya, y esto da para que se contemple como otra posibilidad la de un aborto en Uruguay, país en el que la interrupción del embarazo es legal desde 2012.

Sofía y quienes la ayudan están contra el tiempo. La noticia del embarazo se expande y las voces que criminalizan a Sofía se alzan por doquier. La criminalización es reforzada por el fanatismo de la gente, no sólo por el hecho de ser ilegal el aborto en Brasil, sino también porque el club de voleibol de Sofía es inclusivo, es decir, que forma parte de la comunidad LGBT+. Sofía es espiada y sufre comentarios negativos. Ella solo cuenta con la solidaridad de sus compañeras.

La película, desde el punto de visto argumental, es impresionante. Sofía y sus compañeras dan batalla, no se amilanan ante los ataques fanáticos de gente de extrema derecha y también de sectores religiosos que se creen poseedores de la «verdad». Es gente que no entiende razones ya que el fanatismo es una especie de ceguera causada por prejuicios.

¡La criminalización del aborto es sencillamente criminal!