| ZURICH FILM FESTIVAL 2018 | MEXICO |
Las hijas de Abril: pastel para la psicocrítica
— A propósito del filme de Michel Franco (México 2017) por Luis Vélez Serrano de ©PuntoLatino, Zurich Film Festival 2017
La progenitora cincuentona con el muchacho de 17
El filme es interesante no por contar una intriga melodramática, sino a mi manera de ver, por inverosímil con elementos reales. Una cincuetona sádico-dominante y angurrienta de sexo con un adolescente de 17, además de novio de su propia hija, se puede encontrar en la realidad que vivimos cotidianamente. Empero, la disfunción con los otros actores, que con sus características completan un buen pastel para la psicocrítica. No creo que puedan darse tantos elementos de la cocina psicológica juntos en un drama familiar en la vida real. El filme tampoco se pretende un documental y consigue ser interesante por lo inverosímil con elementos reales y por una fuerte caracterización de los personajes. Ésta última, hace que los personajes entren rápidamente en los «clichés» psicológicos que tiene el espectador listos para aplicarlos como si fuesen etiquetas: sádica, obsesa, frígida, fogoso, acomplejada, etc. La caracterización me parece bien lograda a pesar de lo forzado que resultan algunos de sus trazos, trabajados, al parecer, con moldes.
El tema de la maternidad adolescente es el cuadro del argumento, la misma que se da en Valeria, una joven madre de 17 años que se aferra a la maternidad más por instinto que por responsabilidad. El padre es otro adolescente de 17. Ambos inmaduros y él, Mateo, con rasgos viriles en lo físico pero no en lo psicológico, en este último terreno se revela manipulable y su rol es satisfacer a la hija y a la madre, sin más … Los personajes que protagonizan en primer plano son tres mujeres y el hombre se limita a ser objeto de deseo y de placer.
El carácter de Valeria, entusiasta de su actividad sexual con Mateo, contrasta con el de su hermana mayor, Clara, excesivamente tímida, introvertida, muy obediente. Clara es joven pero fría: escucha los espasmos de placer de su hermana Valeria haciendo el amor con Matero, como si escuchara llover, mientras prepara huevos fritos. Ella tiene sobrepeso con el complejo que esto conlleva y que caracteriza a los personas frígidas: el placer está en comer, no en follar, pensará ella sin importarle una pizca los gemidos de su hermana…
Todo lo dicho no sería nada sin la figura de la madre, de Abril, que se muestra progenitora moderna, abierta, abnegada y comprensiva. Sin embargo esta máscara esconde a una mujer entrada en la cincuentena, bien conservada, que parece en plenitud pero es insatisfecha con su propia edad, se aferra en lo sexual a una juventud pasada. Los psicólogos abundan en descripciones de personas que no aceptan su edad, que quieren competir con adolescentes por amores o por aventuras sexuales. Abril entra en esta categoría. Mucha gente madura desea relaciones con gente joven, pero pocas madres cincuentonas se aficionan del novio (17) de su propia hija y utilizan a la nieta-bebé como anzuelo para pescarlo. El desenlace de la trama se da en el plan narrativo de Abril: cómo seducir a Mateo y disfrutar con pasión del sexo con un muchacho de 17. Este desenlace es el triunfo y la derrota de Abril … y prácticamente divide el filme en dos partes: antes y después del secuestro de la bebé, esto es, antes y después de la seducción de Mateo por la «pérfida» Abril.
El cuadro es la la disfunción familiar, como, desde Cannes (premio del jurado), lo ha dicho casi toda la crítica, empezando por Le Monde y citado por El País. Disfunción que se da a partir de una maternidad adolescente, esto es, prematura. Afloran así temas como el aborto, pero aunque parezca raro, nadie ha visto el tema del abuso sexual femenino a un menor, en este filme.
La intriga tiene humor < da para reir, para recordar algunos personajes de la vida real que todo espectador ha conocido, pero el conjunto inverosímil de la trama mueve también a reflexión, pasados los arrebatos sexuales de Abril, a reflexión decía, sobre los embarazos de adolescentes … La «tragedia» se dará cuando el espectador imagine el futuro de esa bebé, mientras mentalidades de viejo cuño siguen combatiendo el aborto con prejuicios religoso-culturales y contra argumentos éticos y científicos.
El director Michel Franco rodeado por las dos artistas que hacen de hermanas y a l derecha, Enrique Arrizon que hace el papel de fogoso adolescente de 17 años.
Ficha técnica:
«Las hijas de Abril», Michel Franco, México 2017, 103′.
Emma Suárez (Abril), Ana Valeria Becerril (Valeria) y Joanna Larequi (Clara). Enrique Arrizon (Mateo).