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Mario Monteforte Toledo (Guatemala):
«Donde acaban los caminos» (filme)

— 06.12.11., 18h30, Sala XI Palacio de las Naciones Unidas, GINEBRA —

En este año 2011 se celebra el centenario del nacimiento del escritor guatemalteco Mario Monteforte Toledo. Con este motivo, el Club del Libro en Español de la ONU y la Representación Permanente de Guatemala ante NN.UU., en Ginebra, proyectarán la película “Donde acaban los caminos” del director guatemalteco Carlos García Agraz, basada en el libro del mismo título del escritor.

La película “Donde Acaban los Caminos”, basada en el libro del mismo título de Mario Monteforte Toledo, tiene una duración de 82 min. Narra la historia de un médico que llega a un pueblo en el interior de la República Guatemalteca para ejercer su profesión y se enamora de María, una joven indígena de 17 años. Ella también lo quiere, pero el amor no basta, en una sociedad donde el racismo está muy arraigado y la división entre la raza ladina y la indígena muy marcada. Cuando los rumores sobre su relación se propagan el doctor tienen problemas con la sociedad del pueblo y María se ve rechazada, junto a su familia en su aldea indígena. Estos problemas alejan a los protagonistas. Sin embargo fruto de este amor nace un hijo en el que se fusionan las dos etnias, los ladinos con los indígenas. Es el relato de la historia de dos culturas que chocan y que por más que tratan no se encuentran. La novela, a su vez, está basada en la historia de la relación de Mario con Rosa Chavajay, una joven zutuhil de San Pedro La Laguna, con la que tuvo una hija, Morena Monteforte. 

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Mario Monteforte Toledo es sin duda alguna uno de los nombres fuertes de la literatura guatemalteca. Está considerado como el segundo novelista más importante de Guatemala después de Miguel Ángel Asturias y uno de los narradores claves en la conformación de la literatura latinoamericana.

Escritor, sociólogo, abogado y político guatemalteco, nació en la ciudad de Guatemala en 1911 en el seno de una familia perteneciente a la clase media alta. Su madre Eva J. Toledo Herrarte era guatemalteca y su padre, Mario Divizia de Monteforte, originario del Piamonte, Italia, era una persona muy cultivada, políglota, difícil y cuyas relaciones con su hijo fueron siempre conflictivas. Mario simplificó los apellidos de su padre y se puso Monteforte Toledo.

En 1917 un terremoto destruyó casi totalmente la ciudad de Guatemala, obligando a los vecinos a instalarse de forma precaria en los suburbios. No había ni escuelas ni servicios públicos y desaparecieron las clases sociales. Mario Monteforte que tenía en ese momento 6 años escribe “Del terremoto del 17, con todo y su catástrofe que no sé por qué sentía ajena como un espectáculo de los circos ambulantes, conservo total, incomparable desmesurado, como un estallido de todo, el más maravilloso recuerdo. El hecho es de los que por su tamaño y globalidad no caben en la literatura pero sí en la imaginación y la nostalgia. Ha habido en el país otros salvajes terremotos, como el segundo, el que dejó en hermosas ruinas a la Antigua; pero el nuestro trajo consigo los más rotundos y duraderos cambios nacionales.”

En 1921 una revuelta derroca a Estrada Cabrera lo que obliga al padre de Mario a exiliarse en Nueva Orleans, siendo acompañado por su hijo. En esta ciudad Mario hará un año de primaria y trabajará ayudando a entrenar caballos de carrera. Vuelve a Guatemala donde termina sus estudios primarios y secundarios. Su tesis de graduación “El martirio de las Antillas” es una denuncia contra las intervenciones del gobierno de Estados Unidos y de la Cia. United Fruit en la región.

En 1928 ingresa en la Universidad de Guatemala donde participará en la Revolución Universitaria, fundando la Universidad popular en la que enseñan de noche a los obreros. De este movimiento surgirán muchos de los dirigentes de la Revolución de 1944-1954. Por la misma época, en una manifestación de estudiantes es asesinado por la policía su hermano Víctor de 16 años.

En 1932 comienza a practicar esgrima, llegando a ser Campeón Nacional de Sable. Con este deporte concurrirá, como integrante de la Selección Guatemalteca, a la Olimpiada de Centroamérica y el Caribe y a la Olimpiada Latinoamericana. Va a estudiar a París, donde participa en los movimientos de la Asociación General de Estudiantes de América Latina, que llegó a contar con 1000 adherentes. Durante su estancia en París intima con Miguel Otero Silva (escritor periodista, humorista y político venezolano), Gonzalo More (pintor, escultor, pianista, luminotécnico teatral y responsable de efectos especiales), Renato Leduc (escritor mexicano), Benjamín Subercaseu (escritor e investigador chileno) y con Miguel Ángel Asturias. Es uno de los pocos desterrados que se hace amigo de franceses como Robert Mandrou (historiador francés), Charles Minguet (escritor e historiador), Xavier Pommeret (escritor), Fernand Braudel que fue su profesor de historia. Frecuenta la casa de la poetisa, escritora y dramaturga americana Gertrude Stein quien despertara su pasión por la literatura americana y la Generación Perdida (grupo de escritores americanos que vivió en París y otras ciudades europeas desde la Segunda Guerra Mundial a la Gran Depresión). En la librería de Sylvia Beech conoce a Joyce que tanta influencia tendrá en su obra. De esta época Mario escribe “En París confluía una densa oleada de intelectuales del Nuevo Mundo. Nunca antes hubo semejante contacto: sólo en el ámbito universitario, diez mil latinoamericanos integrábamos la mayor asociación activa del estudiantado. En lo personal, le debo a esta temporada el ensanchamiento de las ideas, la conciencia de cuáles son las fuerzas históricas contrarias a la libertad y a la dignidad humana, el método para diferenciar la realidad de las versiones de los intereses personales, la clara y patética noción de la distancia entre el Tercer Mundo y los de arriba, y la debilidad de los que pugnamos por los movimientos de liberación”.

Viaja a Madrid donde frecuenta la tertulia del café Pombo y se liga de amistad con León Felipe (poeta), Juan Rejano (escritor y poeta de la Generación del 27) y Bernardo Clariana (poeta).

En 1936 viaja a Londres donde trabaja con Cyril Connolly en la revista Horizon, donde escriben también gran cantidad de intelectuales antifascistas. Traduce a Spender, Auden, Dickinson, Eliot y Dylan Thomas, uno de sus poetas favoritos. En 1937 reanuda sus estudios en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y se gradúa como abogado y notario. En 1938 va a Sololá donde se vuelve el abogado de los indígenas. Aprende su lengua (cachiquel) y se enamora de una muchacha zutuhil, Rosa Chavajay, con quien tendrá una hija, Morena, que se convertirá en una leyenda en Guatemala.

En 1942 la Oficina de Información de Guerra de los aliados, en Nueva York, le contrata junto con otros escritores latinoamericanos para combatir el fascismo. Aquí trabaja con André Bretón (escritor, poeta, teórico del surrealismo), Dag Hammarskjöld (Diplomático sueco, Director general de la ONU de 1953 a 1961), Leo Mates y conoce a Neruda. Escribe una sátira sobre Estados Unidos y la guerra “Biography of a fish”. En 1944, comienza a escribir la novela “Entre la Piedra y la Cruz”, escribiendo además 5 cuentos y 2 ensayos sobre temas culturales.

En 1945, tras el derrocamiento del presidente Jorge Ubico Castañeda, vuelve a Guatemala y comienza su vida pública: Secretario general del Partido Unificado de la Revolución, Representante de Guatemala en las Naciones Unidas, Secretario de la Comisión de la ONU sobre Asuntos Culturales (presidida por Eleanor Roosevelt), Presidente del Congreso Nacional y Vicepresidente de la República durante el gobierno de Juan José Arévalo.

En 1947 con el pintor español Eugenio Fernández Granell funda la revista AGEAR

EE.UU. invade su país, cae preso por nueve meses. Escribe en la cárcel y relee a Proust. En 1955 funda el semanario de oposición ‘Lunes’. Recibe el premio de la Unión de Universidades de la América Latina por su novela ‘Una manera de morir’. Un año después es expulsado a Honduras junto a estudiantes y profesores por el gobierno, que destruye la imprenta del “Lunes”. La Unión de Escritores de Chile, bajo la dirección de Neruda, le envía pasajes y un mensaje: “Aquí tienes patria, amigos, trabajo y tiempo para que lloremos por la dignidad perdida de tu país”.

A raíz de la prohibición de los partidos políticos, durante la presidencia de Carlos Castillo Armas, se exilió en México, país donde vivió durante 35 años, impartiendo clases en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM. Regresó a Guatemala durante el gobierno del Licenciado Vinicio Cerezo.

En 1958 comienza los programas semanales “Latinoamérica Hoy” en la radio UNAM.

Fue condecorado por el Presidente Tito de Yugoslavia con “La Bandera yugoslava con Estrella de Oro en collar”.

Con el fin de incentivar la literatura guatemalteca creó el Premio Literario Mario Monteforte Toledo.

Rómulo Gallegos (escritor y hombre político venezolano y que fue Presidente de la República) vivió en casa de Monteforte cuando enviudó.

En 1965 viaja a China donde entrevista a Chu-en Lai y Mao Tsétung.

En 1971 el Presidente Allende lo invita a vivir en su casa donde también habitan Regis Debray (periodista) y su esposa.

En 2002 la Editorial Magna Terra publica el libro “Mario Monteforte Toledo, Diccionario Privado” en el que se recoge la entrevista que le hicieron Gerardo Guinea Díaz y José Luis Perdomo.

Tenía debilidad por las mujeres cultas y elegantes, aunque esto no coincide con lo insólito de sus piropos “La primera vez que la vi desnuda le manifesté, con entusiasmo casi cívico que sus nalgas deberían figurar en el escudo nacional”. Estuvo casado 5 veces: en 1938 vive un romance con Rosa Chavajay, en 1948 se casa con Julia Zachrisson Descamps, de la que se divorciará a los 9 meses, más tarde se casa con Aurelia Sánchez Mesa, pianista mexicana, de la que se divorciará en 1957, en 1960 se casa con Mireya Iturbe, pintora mexicana, hija del famoso General Ramón Iturbe de la que se divorcia casándose en 1977 con Corina Durango, arquitecta ecuatoriana de la que se divorciará en 1989.

Tuvo tres hijas (Morena Monteforte, Anaité Monteforte Iturbe y Arai Monteforte Durango), dos hijos (Mario Monteforte Sánchez y Raúl Monteforte Sánchez) y numerosos nietos

Destacó como sociólogo, periodista y escritor. Gran admirador de la cultura indígena guatemalteca, es autor de una amplia obra literaria compuesta por novelas, poesías y teatro. Sus publicaciones muestran la relación entre el ser humano y la naturaleza, así como la indigna explotación del campesinado guatemalteco. La visión de la literatura de Monteforte tiende a valorar más la experiencia vivida a la imaginada “la Guatemala de Miguel Ángel Asturias es inventada mientras que la mía es una Guatemala vivida”. Su narrativa constituye un eje fundamental en el proceso de transición de las formas narrativas latinoamericanas, con una preponderancia de lo ideológico sobre lo formal, en la década de los treinta y con una preponderancia de lo formal sobre lo ideológico, que se inició en los cincuenta y que desemboca en el boom de la literatura hispanoamericana.

Obtuvo en Guatemala, en 1993 con su libro “La Puerta Blanca” el Premio Nacional de Literatura “Miguel Ángel Asturias” y en 2001 el Premio Internacional de Cuentos Juan Rulfo concedido por Francia. En este mismo año 2001 recibe la Medalla del Milenio por la Asociación Cultural Vicenta Laparra de la Cerda. Estudia pintura con Manolo Gallardo.

Odiaba la vejez de la que decía “Solo los viejos podemos hablar sobre la vejez, no los demás. La eternidad es una idea de los jóvenes, la vejez es la muerte de la eternidad, pero también es la vida de la muerte. Es difícil saber cuándo empieza la vejez, los demás se enteran antes y los seres normales no quieren saberlo. La vejez comienza como las pirámides, por donde la primera piedra se casa con la primera tierra firme y con la primera humedad. La vejez no empieza con los primeros recuerdos sino con los primeros olvidos, los primeros estúpidos olvidos; sigue con los dolores de luna en las rodillas….”

Mario Monforte fallece el 4 de septiembre de 2003. Guatemala declara duelo nacional y pierde a uno de sus mejores novelistas. Podemos terminar utilizando sus propias palabras “Mi vida ha sido exactamente igual a la de los demás; solo que muy diversa”

Entre sus novelas destacan “Anaité” (1948), es el más leído se sus libros, “Entre la Piedra y la Cruz” (1948) novela con la que obtiene el Premio Centroamericano “15 de Septiembre», «Donde acaban los caminos” (1952), “Una manera de morir” (1958), Premio Continental de la Unión de Universidades de la América Latina, “Llegaron del mar” (1966), inspirado en sus estudios sobre las culturas y la poesía de los pueblos indios de América, “Los desencontrados” (1975), “Unas vísperas muy largas” (1996), “Los adoradores de la muerte” (2001).

De sus cuentos podemos destacar: “La cueva sin quietud” (1949), “Cuentos de derrota y esperanza” (1962), Una antología de cuentos (1982), “10 Cuentos” (1985), “Casi todos los cuentos”, un cuento infantil “Pascualito” (1991), “La isla de las navajas” (1993), “Cuentos de la Biblia” (2001).

Entre los ensayos resaltan “Guatemala. Monografía sociológica” (1959-1965), “Tres ensayos al servicio del mundo que nace” (1962) “Las piedras vivas, Escultura y Sociedad en México” (1965), “Bibliografía sociopolítica latinoamericana”, “Izquierdas y derechas en Latinoamérica” ambas en (1968), “Mirada sobre Latinoamérica” (1971), “Centroamérica: subdesarrollo y dependencia” (1972), “La Revolución Militar a la peruana” (1973), “Literatura ideología y lenguaje” (1976) que se convierte rápidamente en libro de texto en muchas universidades, “Beatriz Caso, Obra y Tiempo” ( 1979) que marca el inicio de sus trabajos sobre sociología del arte. “Plástica y Sociedad en el Ecuador” (1980), “Prestaciones sociales en Europa y Estudios Superiores en Ciencias Sociales”, “Los signos del hombre” (1985), “La formas y los días”, “El Barroco en Guatemala” (1989), “El hombre del barroco”, patrocinado por la UNESCO (1990), “Conversaciones con Matías Goeritz” (1991), “Palabras del retorno” (1992), “Vinicio, entrevista de Mario Monteforte Toledo” (1998).

Escribió obras de teatro como “El santo del fuego” (1976), “La noche de los cascabeles” (1988), “Los Gringos” (1989), “El escondido” (1993), “La Torre de papel” (1995).

[Fuente: Club del Libro]



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