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El jogo bonito y la globalidad de su brasilidade
— El mito del fútbol brasileño de Macunaíma al Maracanzo, presentación de Jens Andermann, profesor de la Universidad de Zúrich, Museo del Fútbol Mundial de la FIFA, 8 de febrero, 2017
— Reportaje por Rocío Robinson, Dr.Phil., y Jaime Rivera, redactores de PuntoLatino
¿Cómo han contribuido la música, la literatura y el cine al mito del jogo bonito brasileño? ¿Ofrece el fútbol una clave para comprender mejor la cultura brasileña? Estos son algunos de los temas centrales que Jens Andermann, Director del Centro Latinoamericano de la Universidad de Zúrich y editor de la Revista de Estudios Culturales Latinoamericanos abordó en su ponencia titulada “De Macunaíma al Maracanazo: el fútbol como mito en Brasil” (en inglés) en el Museo del Fútbol Mundial de la FIFA en Zúrich el 8 de febrero de 2017.
Dicha exposición nos hizo recordar y conocer parte de la notable historia futbolística de un referente de este deporte como lo es Brasil. Con gran habilidad, el profesor Andermann expuso los hechos y las anécdotas de los grandes talentos brasileños que llevaron al más popular de los deportes a un nuevo nivel y dieron además cabida a la creación del popular término “jogo bonito”.
Música y literatura
Con profundo análisis, el Profesor Jens hizo un recorrido de la historia del fútbol en Brasil y de su impacto en la cultura de este país. Comenzó hablando de Chico Buarque y la relación entre este influyente músico y escritor carioca y el fútbol. El fanatismo de Chico Buarque por su club de fútbol «Fluminense» es reconocido y también su pasión por organizar partidos en ocasión de ferias literarias. En algunas de sus canciones, él evoca lo bello que es vivir un día cuando gana el equipo del que uno es hincha. En la canción “Bom tempo”, por ejemplo, recuerda la victoria de su adorado “Flu”.
Aludiendo a la novela Macunaíma de 1928 del escritor Mário de Andrade, Andermann explica como el fútbol representa al modernismo brasileño y al personaje principal, de quien el libro toma su nombre, Macunaíma nace en la selva, viaja hacia São Paolo, atravesando por todo el país en busca de su amuleto. Él posee raras y destacables habilidades y es comúnmente considerado representante de la personalidad brasileña. En la novela, como en el fútbol, se hace un recorrido emblemático de pérdida traumática y éxito glorioso.
Impactos culturales del fútbol en Brasil
El fútbol llegó a Brasil debido a la inmigración europea e inicialmente se jugaba en los barrios ricos de las grandes ciudades como Río de Janeiro y São Paulo y los jugadores eran casi todos blancos. Después de algún tiempo, el clásico estilo de fútbol europeo se mezcla con influencias afrobrasileñas surgidas de las favelas, donde el virtuosismo de la samba, por ejemplo, producen estilos diferenciados del fútbol de Europa, resultando en un juego más individualista.
La primera estrella – Arthur Friedenreich
Una de las primeras estrellas brasileñas es Arthur Friedenreich, célebre atleta mestizo, hijo de padre alemán y madre negra brasileña. Este jugador cuenta en su historial con el hecho de haber anotado más de 1200 goles entre 1909 y 1935. Sin embargo, no pudo formar parte de la selección que participó en el mundial de 1930. Se debe destacar, que el hecho de ser mestizo y provenir de una raza mixta fue un factor determinante en la historia de este jugador. Esto se debe a que era prohibido formar parte de los clubes más prestigiosos para las personas que no eran de raza blanca. En 1921, Friedenreich fue separado de la selección nacional de Brasil ya que su Presidente decretó que solamente jugadores de tez blanca integrarían el equipo. Este hecho vergonzoso, tendría un efecto posterior transformador del fútbol brasileño. Es así, que a comienzos de los años 1930 se comienza lentamente a aceptar más y más equipos de raza mixta, ofreciéndoles a jugadores negros una oportunidad de ser futbolistas profesionales.
Los años dorados en el fútbol 1950-1970
La derrota de Brasil en la final de la Copa del Mundo de 1950 cuando era el anfitrión del evento, paradójicamente, marcó el inicio de una era de éxitos. Brasil llegó a ganar la Copa del Mundo en 3 ocasiones, durante este tiempo: Suecia 1958, Chile 1962, México 1970. En esta época, fue posible disfrutar de la magia de jugadores como Garrincha, un talento extraordinario y además una historia de superación. A pesar de que fuera declarado por profesionales médicos como no apto para jugar al fútbol por el hecho de tener una pierna más larga que la otra, utilizó esta deficiencia a su favor para confundir a los rivales. Garrincha se divertía al jugar al fútbol, volvía locos a los rivales con su regate. Este hecho hizo que se ganara el sobrenombre de “Alegria do povo” o “Alegría del pueblo”.
Otro jugador histórico, para muchos el mejor de todos los tiempos, es el denominado Rey Pelé, Edson Arantes do Nascimento. Un jugador que estuvo presente en 1363 juegos durante su carrera y anotó 1281 goles. Sin duda, otro elemento clave para los éxitos alcanzados en Copa del Mundo en esta época.
Fútbol de Arte 1978 – 1986
El doctor Sócrates, conocido por su elegante estilo para jugar y su pasión por asuntos políticos y sociales, junto al artista Zico, denominado el “Pelé blanco” fueron los jugadores más representativos de este periodo. Sin embargo, no fue posible igualar la gloria de la época dorada ganando una Copa del Mundo, a pesar del gran talento de estas figuras.
El “jogo bonito” engloba la gracia y la jovialidad de lo que es la “brasilidade”
Al ver las vidas y las carreras de futbolistas como Garrincha, Pelé y Sócrates, podemos ver los cambios en la sociedad brasileña y los cambios en el fútbol mismo. Específicamente, el juego cambia la ejecución racional del colectivo y la manera organizada de jugar. En un fútbol europeo, el único momento poético culminaba en un gol. El fútbol de Europa, según muchos académicos, analistas y fanáticos, era “fútbol en prosa”, realizado con pases geométricos de acuerdo a las reglas del juego. El fútbol en Latinoamérica, sin embargo, se convierte en pura poesía. El jogo bonito, sobretodo, engloba la brasilidade, es decir, la gracia y la jovialidad que muchos asocian con todo lo que es brasileño. A veces se puede ver hasta la influencia de la samba y de la capoeira en la manera en que se mueven los jugadores brasileños y como se convierten en dionisíacos bailarines del balón. Garrincha y Pelé marcan la época de oro del fútbol brasileño. Cuando Garrincha tiene el balón, todas las líneas se convierten imaginarias. Se le asocia con tener poderes mágicos y la inocencia. Garrincha y Pelé simbolizan la síntesis de lo que es brasilidade. Ellos personifican el heroísmo, como Macunaíma. Pelé, incluso, contribuye mucho a la globalidad del fútbol brasileño. Esta modernidad futbolística, nos explica Jeans Andermann, es una expresión de las calidades propias de lo que significa ser brasileño: la imaginación, la creatividad y el virtuosismo.
Después de la ponencia, PuntoLatino formuló la siguiente pregunta al conferenciante:
Rocío Robinson: Muchas gracias por su ponencia tan interesante. Nos ha presentado una trayectoria mágica y muy bien versada del fútbol brasileño. Sin embargo, su recorrido se detiene en los años de los 1980s. ¿Nos puede hablar un poco sobre el estado actual y el futuro del fútbol brasileño? ¿Y si ese mito del que usted nos habló hoy se ha roto? Sobre todo, después de lo que ha pasado en la última Copa Mundial.
Jens Andermann: Esa es una pregunta muy buena. No tengo respuesta clara sobre el futuro del fútbol brasileño. Actualmente hay crisis económicas por toda América Latina y tal vez hay menos enfoque en lo “nacional”. Tal vez lo que quiero decir, es que hay menos enfoque en el sueño que el fútbol puede ser proveedor de democracia nacional. Ahora, por ejemplo, es más difícil para alguien de una favela que se convierta en futbolista profesional que hace 60 años atrás, ya que el juego es más físico en el presente y se necesitan niños fuertes con buena nutrición y condición. Pero sí, el fútbol todavía abre paso, ¡para tener éxito en Brasil uno comienza en fundando una iglesia o un club de fútbol!
Utilizando algunos términos de jerga futbolera, podríamos decir que si bien al principio de la exposición Jens Andermann “dejaba picando” en el aire la pregunta de si el fútbol es importante para entender la cultura brasileña. Podemos evidenciar que esta relación es un partido que se juega de “ida y vuelta”. El fútbol es un deporte que tiene el poder de despertar pasiones y de unir a muchísimas personas que sin duda impactó a la cultura brasileña que conocemos hoy. Sin embargo, la cultura brasileña y el modo tan alegre de ser de su gente, le dieron también ese estilo de juego, el jogo bonito que hoy admiramos todos los que somos apasionados por este deporte.
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