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Gerry Lopez: «El jazz representa la unión, la paz, la armonía entre las diferentes culturas»
— Entrevista de Luis Vélez Serrano de ©PuntoLatino.ch al saxophonista Gerry Lopez (México).
— Algún deseo, mensaje o reflexión por el Día Internacional del Jazz?
— Creo que una reflexión o un mensaje, más que nada una reflexión por el Día Internacional del Jazz, es recordar las bases, la idea primordial por la que fue declarada como tal por la UNESCO: El jazz representa la unión, la paz, la armonía entre las diferentes culturas. Esa ha sido la misión de la celebración de este día: unir culturas, músicas, artistas. Hasta ahora se han hecho avances grandes; en La Habana se celebró 2017, este año en Marruecos. En los tiempos que vivimos es importante conmemorarlo; más allá de intereses políticos, geopolíticos, debe reinar el arte; la música debe ser fundamental y en este caso el jazz.
— Es arbitrario dividir la carrera de un artista en etapas, pero es inevitable hacerlo. ¿Cómo caracterizarías la primera etapa de tu formación en México?
— La primera parte de formación en mi país, México, fue muy interesante. A pesar de mi edad en ese entonces, 15-18 años, tuve la oportunidad de aprender de muchos músicos que me enseñaron no solamente a tocar en escenario, me enseñaron muchos valores. Tuve la suerte de tocar con muchos grandes músicos mexicanos y no mexicanos: norteamericanos, europeos … ya que México es la capital de la industria de la música latinoamericana. Esa etapa fue mi mejor escuela. A pesar de que seguía mis estudios por las mañanas, siempre por las tardes y las noches tenía la oportunidad de tocar y experimentar otras músicas además del jazz. El jazz, como digo, fue una parte primordial, pero también lo fue el pop (México es un epicentro de esta música) y esa música complementó mi formación. También tuve la oportunidad de viajar por muchos países a eso de mis 18 años. Así aprendí el oficio de lo que significa ser músico.
— Y tu etapa en París ¿qué elementos añadió?
— Posteriormente en París, fui aceptado en el Conservatorio y ahí ya tuve la suerte de llevar una formación completa: composición, arreglo, armonía, producción. Mejoré mis habilidades con el saxofón, con el piano, y también fue un encuentro con este lado artístico muy fuerte, muy profundo, de haber compartido con excelentes músicos que aportaron mucho en mi formación, en lo que hoy soy.
— En tus redes sociales hemos visto que aprecias mucho tu desempeño docente en Suiza, sobre todo en la formación de los más jóvenes. Suiza ¿sería la etapa en la que se añade la función docente en tu carrera?
— En Suiza, la etapa de mi vida en la que estoy actualmente, un 50% de mi tiempo lo desempeño en la docencia, me ha gustado mucho especializarme en la formación de los jóvenes, transmitirles el gusto de la música, aportarles el gusto por el jazz. He podido desarrollar varios proyectos, la Orquesta Jazz en Fribourg, que primordialmente estaba formada por jóvenes profesionales mayores de 18 años y que ahora es un referente del cantón. Actualmente estoy trabajando con gente aún más joven, entre 11 y 16 años. Eso gracias a la influencia de un gran mentor que tuve la suerte de conocer, Joan Chamorro, director-fundador del Sant Andreu Jazz Band en Barcelona y se han hecho conocer en el mundo con su metodología aplicada en esta música, ha sido una inspiración y ese es trabajo importante que estoy ejerciendo actualmente.
— No sólo hay etapas fijas de currículum en la vida de artistas, hay etapas intermedias que también suelen ser hitos. Volviste a México –creo que hace un año– hiciste una gira y también fuiste a Cuba y grabaste un disco. ¿Cómo vino la inspiración de unir México y Cuba (Sin vuelta atrás)?
— En todo este camino, he regresado en numerosas ocasiones a México, nunca me he desconectado puesto que gran parte de mi público está en México, en Latinoamérica, en EE.UU. Para mi ha sido muy importante guardar mi esencia artística y melódica, que se la debo a México y a la influencia que tenemos en la historia: Cuba ha sido una cultura influyente en la música no solamente de Latinoamérica sino de todo el mundo, por ello decidí hacer en Cuba el disco «Sin vuelta atrás»; para regresar un poco a las raíces de donde viene esta música que ha cambiado la historia de nuestra propia música mexicana, o que se arraigó también allí, como el bolero, el chachachá, el danzón, el mambo, y que se ha transformado en una forma de expresión de nuestra propia música y a la cual le debemos todo. Yo quería ir más profundamente y hacer un disco allí donde todo comenzó. Ahí tuve la suerte de grabar con grandes músicos como Horacio «El Negro» Hernández en la bateria, Alain Pérez, Yuya Rodríguez en las percusiones, en fin, un catálogo de amigos músicos increíbles con los cuales comenzaremos una gira que comienza en este abril en EE.UU., España y terminaremos los conciertos en Suiza (*).
— ¿Proyectos de cara a futura que ya se pueden decir?
— Entre los proyectos que vienen, voy a grabar un disco con mi música con la orquesta de jazz Big Ben, es un proyecto que ya lo tengo en puertas.
→ Ver biografía de Gerry Lopez
(*) Gira de Gerry Lopez: «Sin vuelta atrás».