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«Microbio do Samba», entrevista a Adriana Calcanhotto
— por Laura A. Rojas de © PuntoLatino —
El 30 de abril 2011, Adriana Calcanhotto se presentó por primera vez en Zúrich en el Kaufleuten con su más reciente trabajo “Microbio do Samba”. Un primer encuentro entre artista y público.
Si uno va a un concierto de Adriana Calcanhotto con una idea de lo que podría esperarse basado en las canciones que ya conoce, o en los videos que ha visto, también tiene que ir preparado para equivocarse. Es cierto que con las solas canciones de “Microbio do Samba” habría bastado para que a uno le costara trabajo quedarse sentado y resistirse al ritmo pero también lo es que la experiencia la enriquece con los experimentos y juegos que hace sobre el escenario. Juega con la música con tal seriedad que a uno le cuesta trabajo decidir si es la seriedad propia de una niña jugando a ser doctor o la de un doctor de la música.
La escena está cuidadosamente puesta, cada músico en su lugar, la iluminación arreglada para dirigir la atención, y esta vez está acompañada de un piano. Que hará también las veces de una mesa de trabajo, sosteniendo los artefactos que irá incorporando lentamente. Porque todo lo que hace ruido ella lo va convirtiendo en música. Artefactos que van desde un secador de pelo hasta un juego de tazas de porcelana. O efectos visuales que logra con unos cuantos puñados de escarcha dorada que le van cayendo encima mientras se mueve en cámara lenta, bailando in situ, transportándolo a uno a un carnaval ligeramente triste y sin samba. Esa canción, “Tão Chic” habla del amor eterno que dura solo hasta el miércoles, una promesa que dura lo que dura el carnaval. Habla de una mujer hermosa, dotada de gracias y conocimientos, pero que aun así no samba, y eso le quita tanto.
Aunque muy al principio, cuando saca el secador de pelo rojo y sopla las partituras del guitarrista que la acompaña, el publico queda estupefacto, finalmente se deja seducir por las ganas de ver el resultado, la buena música y su voz dulce. Y es gratamente correspondido, incluso se podría decir que junto con su troupe de músicos se van convirtiendo en sus cómplices. Gozando no de lo que hace pero con ella, y eso es notorio.
Así va entendiendo uno la versatilidad de esta artista que va desde musicalizar “alta poesía” hasta musicalizar telenovelas populares, que compone sobre temas tan complejos como el amor hasta música para niños, todo esto para visitar el mundo y llegar a tanta gente como sea posible. Para desconocer limites formales. Mucha de su formación musical la atribuye a la radio, medio que su papá, un percusionista de jazz, temía terminara por contaminarla. Lo que efectivamente sucedió. Así aprendió de la tradición brasilera, y de grandes poetas como Vinicius de Moraes, que su público podía ser tan variado como ella quisiera y a este descubrimiento ha sabido sacarle provecho.
Otra cosa que es evidente en su música es el respeto que tiene por su trabajo y por su público. Un respeto que podría haberse visto comprometido en su penúltimo trabajo “Partimpim Dois”, dedicado exclusivamente a niños. Durante su composición estuvo consciente de lo primíparo de su público, “ojos brillantes que muy probablemente están viendo su primer show en vivo”, un primer acercamiento a la música. Y en ese proceso recordó también lo ofendida y subestimada que podían llegar a hacerla sentir las típicas canciones para niños, hechas no desde la perspectiva propia de los niños pero desde la suposición de lo que a ellos les podría gustar. Recuerda a Charlie Brown, una caricatura que no fue diseñada para niños pero que sin proponérselo los conquistó. Es con este criterio que elige las canciones de su disco, muchas de ellas ni siquiera fueron compuestas especialmente para él, y su criterio no le falla. Basta con ver el resultado de sus shows, a los cuales se topó por accidente, porque su objetivo era sacar discos para niños, no dar presentaciones. Tanto así que hay un año de distancia entre el lanzamiento del disco y su primera presentación. Sucumbió ante la insistencia de los niños y los adultos que conviven, como pasa en el mundo real, en sus conciertos. Canciones como “Fico Assim Sem Você” nos conmueve y la tarareamos tanto niños como adultos.