viernes, 13 julio 2012

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Montreaux propone samba, música popular, reggae y rap para conseguir un cóctel brasileiro que funciona a la perfección

— Nota de Luz González de © PuntoLatino sobre la «Soirée Brésil» del Festival de Montreux, 06.07.12. —

El pasado viernes tuve el placer de asistir a la velada brasileña que se ofreció en el mayor auditorio del festival de jazz de Montreaux. El programa que comenzó a las ocho de la tarde con la fantástica y viva actuación de un Luiz Melodia que parece no querer envejecer. A las nueve y media, después de una pequeña pausa, continuó Adriana Calcanhotto, que nos conquistó como sin quererlo en un instante con su dulzura natural y su talento indisimulable. Para cerrar la noche, a partir de las once, Cidade Negra aparecieron en escena acompañados de Liminha y el rapero Emicida, dándole el toque fresco y urbano que una noche perfecta necesitaba. El público, en su mayoría de raíces brasileiras, acogió a los músicos con la alegría y el calor que le son propios y el recinto se fue convirtió paulatinamente en una fiesta.

Luiz Melodia llegó rodeado de una banda de ocho magníficos músicos que ofrecieron la base musical perfectamente fusionada, para dejarnos sin aliento al llegar a los solos. En la línea de su último lanzamiento, Estaçao Melodia, Luiz nos hizo entrar en calor al ritmo de la samba de los años 30’, 40’ y 50’. Sin olvidar grandes éxitos como “Fadas”, “Pérola Negra” o “Cara a cara”, y con su estilo único Luiz supo transmitir con el encanto y la profesionalidad de quien lleva siendo músico toda la vida.

El breve descanso coincidió, como cronometrado, con la puesta del sol, y nos sirvió para disfrutar de la maravillosa localización y el ambiente festivo y encantador de Montreaux por si no nos llegaba con la infrastructura y la buena organización del escenario principal.

Y cuando ya estábamos disfrutando de una noche muy pero que muy prometedora, llegó ella, Adriana Calcanhotto, para hacerla perfecta. Acompañada de Pedro Sa y Davi Morales, encandiló al público desde la primera canción, sin dejarle otra opción que dejarse seducir. Sin embargo, el público, no contento con eso, optó por seducir a Adriana a su vez. Así, público y músicos repasaron el repertorio de Adriana, disfrutando juntos de joyas como “Maresia”, “Medo de amar”, o “Devolva-Me”. Adriana se despidió con un esperado y generoso bis que puso punto final a un concierto inolvidable.

Por último, y después de otra pequeña pausa, llegaron Cidade Negra para devolvernos el aliento y hacernos sonreir, bailar y desear que la noche no termine nunca. Lo hicieron acompañados del bajista Liminha y el rapero Emicida con un estilo bailable y comprometido que no dejó a nadie indiferente. Fue un concierto intenso y auténtico que demostró la calidad de este grupo ciertamente ya consolidado.