| MÚSICA NOTAS | CUBA | ZÚRICH |
Versión cubana de Carmen entre postrimerías de una dictadura y albores de otra
— Nota de Luis Vélez Serrano de ©PuntoLatino sobre Carmen la Cubana, Zúrich noviembre 2018
La ovación final en el último día de presentación de «Carmen la Cubana» en Zúrich (Theater 11)
La versión cubana de Carmen: una originalidad sobre originalidades
Gran expectativa primero y luego un saludo entusiasta de la crítica marcó como características pre y post estrenos del musical «Carmen la Cubana» en Francia, Reino Unido, Alemania y ahora en Suiza. Según los medios se apresta para presentarse en China. Seguramente seguirán cosechando éxitos en Holanda (2019) y otros países donde proyectan continuar su gira. El musical se originó y organizó en Cuba y con personal mayoritariamente conformado por artistas y profesionales cubanos.
La ópera del francés Georges Bizet (1875), basada en la obra literaria del también francés Prosper Mérimé (1845) narra una historia de orígenes españoles y Mérimé convirtió a los personajes principales en gitanos, tema que le interesaba mucho. Oscar Hammerstein la convirtió en un musical (Carmen Jones). Algunas otras versiones se sucedieron, pero ninguna, al parecer, alcanzó el éxito. Una primera versión se estrenó en Cuba (2015) bajo el nombre de «Carmen, el amor cubano», según revela el escritor cubano Norge Espinosa Mendoza, que junto a Stephen Clark y Christopher Renshaw crearon versión cubana definitiva de Carmen.
La trama es protagonizada por una bella mujer y un apuesto varón -Carmen y José-. Este último no soporta que su amada tenga otros amores y decide matarla. Esta trama se replica en la versión cubana. José al no ser correspondido por el amor de su vida, y al ser preterido por Carmen que mantiene una relación con un popular púgil, decide asesinarla.
«Carmen la Cubana» es dirigida por el británico Christopher Renshaw y la música es del estadounidense Alex Lacamoire y del cubano Edgar Vero. Los contactos y planes nacen en Cuba, con artistas y personal cubano como tenemos dicho. Carmen y José son cubanos. José sigue siendo un ex militar que sale de la carrera castrense arrastrado por el amor. Y el cuadro histórico es la Cuba de los 50’, cuando el gobierno de Fulgencio Batista está a pocos meses de perder ante las fuerzas castristas: el marco del musical se sucede así entre las postrimerías de una dictadura y los albores de otra no menos nefasta.
Destacan los personajes femeninos
Si bien en la novela breve, en la ópera y en el musical estadounidense la protagonista es Carmen y en el musical cubano sigue siéndolo, además, en este último las mujeres destacan por sus roles. Carmen es una mujer atractiva con mucha personalidad y carácter decidido. Albita Rodríguez es un personaje original de la versión cubana, es la santera con el rol de agorar el futuro, mostrando así el sincretismo religioso de la tradicional cultura cubana. La mujer traicionada por Jose, Marilú (Cristina Rodríguez Pino) es otro de los roles femeninos de relieve.
Los personajes masculinos: José, como en las versiones de origen, es militar, pero el valentón que le arrebata a su amada no es un torero sino un boxeador famoso en la Cuba de entoncers: El Niño. El sargento (que nos hace pensar en Fulgencio Batista que ostentó ese grado) es otro prendado de Carmen que tercia en la historia, mostrándonos el despotismo del poder dictatorial.
El marco histórico y las alusiones políticas: la transición entre dictaduras
Como dijimos el marco histórico en el que se sitúa la trama del musical es la Cuba de poco antes del triunfo de la revolución castrista (años ’50). Se escuchan lemas «revolucionarios», los personajes comentan las luchas e incluso avanzan opiniones políticas. Se menciona a Fidel Castro en algunas oportunidades y se corea el lema «Patria o Muerte: ¡Venceremos». Empero se trata solamente de hacer respirar la atmósfera política y social que reinaba en la época. No hay juicios de valor sobre los estertores de la dictadura de Batista ni sobre los albores de la nueva dictadura comunista. Es más: uno de los personajes más importantes es Albita Rodríguez, quién decidió en 1993 irse a vivir a Miami: «Me fui porque estoy en contra del Gobierno de Cuba (…) Pero creo mucho en la cultura cubana desde cuando era una niña (…) Creo en la música y he invertido en ella porque me siento orgullosa de mi cultura y de mi país” (declaraciones de prensa).
A la salida del espectáculo, una amiga profesional suiza, me decía que parecía horrible escuchar esos gritos de «Patria o Muerte», como en la Guerra civil española o en tantos otros conflictos políticos del pasado. Entonces se evocaba a la muerte para luchar, me decía, hoy se debe evocar a la vida … Yo le repliqué que en países como en Bolivia, actualmente las FF.AA., repiten oficialmente el grito cubano; ella quedó pasmada …
El musical dura dos horas y media con una pausa y es un verdadero deleite desde el punto de vista artístico. La trampa apela a la «competencia» del espectador: mayor es la intensidad de la recepción del contenido cuanto más se recuerde, si se conoce, la novela corte de Mérimé o la ópera de Bizet y también mientras mejor se recuerde la historia cubana de los ’50.
Empero, la versión cubana de Carmen será inolvidable a ritmo de danzones, guajiras, chachachás, boleros y mambos.
El decorado inicial con la bandera cubana y dos vetustos edictos a los lados
Luis Vélez Serrano, redactor de esta nota el último día de la presentación …