| MÚSICA CUBANA | MUSIKKOLLEGIUM WINTERTHUR |

La música cubana brilló por todo lo alto con GUAGUANCÓ

— Nota de Luis Vélez Serrano, Winterthur 18 de mayo 2024.

El sábado 18 de mayo 2024 en la Sala de Conciertos de la Stadthaus de Winterthur, la música de Cuba brilló por todo lo alto. La directora de orquesta, internacionalmente conocida, Cosette Justo Valdés, puso a su país, en gran relieve con un programa de casi dos horas sin pausa. La magnífica actuación de la Orquesta, con intervenciones del cuarteto «Vocal Vidas», que arreglan sus propias piezas y en una especie de segunda parte con los jóvenes del coro Oberstufenchor Kantonschule Rychenberg. Al final también se sumaron tres músicos cubanos de percusión, uno de los cuales estuvo a cargo de los timbales.

La directora Cosette Justo Valdés tuvo una formación en Cuba, donde luego dirigió la segunda orquesta más grande de su país, la Sinfónica de Oriente (OSO) y su formación terminó en Alemania (Klaus Arp de Mannheim). Fue directora invitada de la Orquesta Sinfónica de Edmonton. Es también formadora de jóvenes músicos y trabajó como bajista y cantante de jazz en Esperanza Spalding.

Para el concierto de Winterthur, al cual tuve el placer de asistir como acreditado de prensa, la directora escogió exclusivamente autores cubanos. Como ella lo dijo: «es tan importante que dé a conocer estas obras, que son clásicas para nosotros y que deberían tocarse más –sobre todo fuera de Cuba– para que el público y los colegas músicos conozcan el repertorio orquestal cubano».

Cosette Justo Valdés recorre, como dice el programa, más de cien años de la historia de la música clásica cubana. El último de los autores interpretados, Guido López Gavilán, tiene actualmente 80 años. Pues, el programa fue un viaje musical de Winterthur a Cuba en poco menos de dos horas

Musikkollegium Winterthur
Oberstufenchor Kantonsschule Rychenberg
Stimmrych
Martin Wildhaber, Choreinstudierung
Cosette Justo Valdés, directora

Vocal Vidas:
Ana Josefina Hernández Rosillo, soprano
Darina Ortiz Miranda y Annia del Toro Leyva, voces
Liette Carmenates Mariol, mezzosoprano

PROGRAMA
Traditional. «Canto a Elegguá» für Vokalensemble

Alejandro García Caturla (1906– 1940)
Tres danzas cubanas (1927) 8′
Danza del Tambor – Motívos de Danzas: Allegro non troppo – Danza Lucumí: Allegro salvaje

Pérez Prado (1916 – 1989)
«Qué rico mambo» für Vokalensemble

Guido López Gavilán (*1944)
«Cantos de Orishas» für gemischten Chor und Orchester (2005)
Allegro moderato

Amadeo Roldán (1900 –1939)
Tres pequeños poemas (1926) | Oriental – Pregón – Fiesta Negra

Juan Márquez (arr. Conrado Monier Ribeaux) (*1929)
«Como un Milagro» arrangiert für Orchester und Vokalquartett

Guido López Gavilán
Guaguancó für gemischten Chor, Orchester und Perkussion (1998) | 
Allegretto vivo

 

OBRAS

En la documentación del Musikkollegium Winterthur, figura un muy ilustrativo artículo de Emanuel Signer bajo el título genérico de «Werke» («Obras»), nos tomamos la libertad de ponerlo en español.

Cuba es única en la historia de la música. En casi ningún otro lugar ha habido tal variedad de influencias en una identidad musical nacional, tal síntesis creativa y una exportación tan exitosa de nuevos estilos. La trágica base de este fenómeno es el pasado colonialista de Cuba. La sociedad que los gobernantes coloniales españoles habían establecido en la isla desde principios del siglo XVI desarrolló en el siglo XIX una cultura musical artística basada en el modelo europeo: la educación musical se impartía en academias de música recién fundadas; sinfonías, óperas, misas, etc. eran creadas por compositores locales. La Cuba española formaba parte de una red intercontinental de tráfico de esclavos, que llevó a miles de africanos a Cuba a lo largo del siglo XIX. La procedencia de estos esclavos marcó fundamentalmente el futuro musical de Cuba, sobre todo porque más de un cuarto de millón de esclavos obtuvieron la libertad tras las guerras de independencia contra España (de 1860 a 1898) y contra Estados Unidos (de 1898 a 1902). Durante este periodo republicano (hasta 1959), se produjo un fructífero diálogo con referentes musicales extranjeros, como el jazz estadounidense; aún más importantes fueron las culturas musicales de la población afro-cubana.

Estos se fusionaron con el neoclasicismo de la música artística europea, y surgió el fenómeno musical del „afro-cubanismo», junto con una identidad musical distintiva para el joven país. Amadeo Roldán (1900-1939) y Alejandro García Caturla (1906-1940) fueron los principales representantes de un movimiento que expresaba el „afro-cubanismo» en la música artística de influencia europea. Orquestas como la sinfónica se ampliaron para incluir instrumentos como la conga, el batá o las claves, y ritmos más complejos impregnaron los géneros de la obertura o la sinfonía y la danza orquestal en general, hasta entonces bastante rígidamente para-europeos. Este „afro-cubanismo» sinfónico es sólo una faceta del todavía muy diverso paisaje musical cubano. Algunos elementos de la música cubana han adquirido reconocimiento internacional y han influido en el jazz estadounidense y en géneros musicales populares de todo el mundo. Varias tradiciones de la música cubana, como la rumba o la música campesina, figuran ahora en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.

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