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Las sombras del flamenco
— por Julie Bauer de PuntoLatino, a propósito de «Sombras» de Sara Baras, 01.03.2019, Grand Théâtre de Genève
Un año después de la presentación de su fabuloso espectáculo “Voces” que celebraba los maestros del flamenco, la bailaora Sara Baras, encantó una vez más al Grand Théâtre de Genève con su nueva creación “Sombras”. Intensa, poderosa, fuerte e íntima, ésta obra majestuosa y fascinante da un repaso tanto por el flamenco tradicional como por el flamenco moderno. Una manera perfecta de celebrar el vigésimo aniversario de la Sara Baras Flamenco Ballet Company.
Golpes de tacones en la noche
Al escuchar los primeros golpes rítmicos de tacones y al percibir la primera silueta que se destaca en la sala hundida en la noche oscura, el espectador no puede luchar contra el encanto y se deja en seguida llevar por este mundo lleno de sombras. Gracias a una coreografía imaginada por la bailaora gaditana, un astuto juego de luces, y unos vestuarios muy estudiados, la magia se hace cuando el cuerpo de baile forma una multitud de sombras, introduciendo el tema y dejando paso a Sara Baras, vestida de negro y con unos pantalones, empezando con una farruca asombrosa, zapateando el escenario con una técnica y una velocidad difíciles de concebir.
Baile, música, cante y pintura
Tal como en la creación anterior “Voces”, la obra contiene distintas ramas del flamenco, y deja sitio a algunos momentos de monólogos entre las escenas, mientras que el cuerpo de baile, casi igual al del año pasado, compuesto de María Jesús García Oviedo, Charo Pedraja, Cristina Aldón, Sonia Franco, Daniel Saltares y José Franco, encadena coreografías estupendas con el ayuda de cañas, juegos con sus sombras, y vestuarios innovadores, proporcionando así un entorno espectacular que pone todavía más en relieve los solos de la bailaora gaditana. Como el flamenco se siente y se canta en directo, los artistas están una vez más rodeados por músicos brillantes tocando las guitaras, las percusiones, el saxófono y la flauta, (Keko Baldomero, Andrés Martínez, Antonio Suárez, Manuel Muñoz « Pájaro » y Diego Villegas), así como de dos talentosos cantaores, Israel Fernández y Rubio de Pruna. El último toque de arte lo dan las extrañas e inquietantes pinturas del malagueño Andrés Mérida.
Un espectáculo que habla al alma
Este espectáculo habla directamente al alma de cada uno, provocando emociones. Una fascinación tal, que el público va alternando entre silencio religioso y ovaciones ruidosas para acabar dos veces de pie, para saludar a la bailaora y todo su equipo que, de Nueva York a Ginebra, pasando por Madrid o París, recibe las mismas aclamaciones, noches tras noches. Después de éste nuevo triunfo ginebrino durante cuatro noches seguidas, sin lugar a dudas, más de uno está ya esperando la próxima gira.