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Paléo 2014: Entre barro, fuegos artificiales, emociones y fiesta
Por Julie Bauer de © PuntoLatino
La edición 2014 del Paleo Festival, quedará en todas las memorias. Ya antes de empezar, la manifestación rompió récords con la venta de las entradas que se agotaron en un suspiro. Luego, con la noche del miércoles, marcada por el evento Stromae que, tan popular, consiguió que la Plaine de l’Asse entera se concentré delante de la Grande Scène. Otro invitado de marca este año, la lluvia, que puso de moda las botas y los abrigos durante toda la semana.
Para concluir este festival que ponía en relieve los Andes con una estupenda decoración simbolizando las famosas montañas y una programación latina de las más interesantes, el domingo proponía un menú variado y coloreado. Desde la música clásica hasta la cumbia, pasando por el rock y el electro, sin olvidar los tradicionales fuegos artificiales.
El público se calentó primero con Youssoun Ndour et le Super étoile de Dakar que supo poner un poco de sol y de calor al cielo gris. Luego, la elección se puso más complicada en la hora de escoger entre por un lado, Chico Trujillo, la banda chilena y su ambiente fiestero y por otro Détroit, el nuevo grupo de Bertrand Cantat, antiguo leader de «Noir Désir». Los nostálgicos y amantes de rock francés se deleitaron así al escuchar los grandes éxitos de los años 90 tales como «Le vent nous portera» o «Tostaky» y muchos curiosos vinieron a ver el renacimiento escénico de Bertrand Cantat.
Sin pausa, tras el último acorde de guitara, los festivaleros se amontonaron frente a la Grande Scène para asistir al concierto de The National. El grupo americano y su rock lleno de contrastes cantó su percepción torturada de las relaciones humanas con títulos tales como «I need my girl», «Terrible Love» o «Mr. November». Muy acostumbrado de ello, Matt Berninger se ofreció el lujo de dar un paseo por la audiencia antes de volver a subir al escenario, como si nada.
Después de estas emociones, una gran parte de los espectadores se dirigió a la escena, Les Arches donde Woodkin y sus resplandecientes cobres acogían la noche de manera solemne y enérgica. Sin duda, este concierto se habría merecido su puesto en la Grande Scène. La gente desbordaba del recinto, intentaba amontonarse en el talud o se quedaba sin ver, pero por lo menos, lo más importante, escuchar. Yoann Lemoine se empeñó en hacer participar el público levantando al unísono las manos, marcando el ritmo y gritando. Un puro momento poético y mágico bajo las estrellas de Nyon que se prolongó enseguida con los fuegos artificiales que surgieron detrás de la Gran noria.
La fiesta no se paró ahí, ya que aún quedaban conciertos. Mientras que Brian Molko y su grupo Placebo encendían la Grande Scène con su rock glam y negro, El Gypsy Sound System Orkestra hacia bailar a la audiencia con sus ritmos gitanos con inspiración balcánicas, indias o suramericanas, hipnotizándola con los movimientos y los cantos de DJ Olga. Disfrutando de las últimas emociones con los últimos acordes de «Begin the End», «Infra-red» y, por supuesto, «The bitter End», los espectadores volvieron a la realidad soñando ya con la próxima edición.
Woodkid : © Paléo / Anne Colliard
The National : @ Paléo / Claude Dussez
Détroit : © Paléo / Claude Dussez
Chico Trujillo : © Paléo / Anne Colliard
Placebo : © Paléo / Claude Dussez
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— Nota de Brita Bamer, ver …
— Nota de René Díaz-Agudo, ver …