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La formación de jóvenes en la región del Mercosur, con el apoyo de Suiza, podría ser un factor clave para el desarrollo económico y social a largo plazo
Entrevista a Adolfo A. Uribe Poblete, Doctor en Economía (Universidad de Talca, Chile); Msc. Ing. Ambiental (Uni. Stuttgart); Ingeniero Civil (Universidad católica de Chile, PUC); Becado en postdoctorado por el Paul Scherrer Institut (PSI); PhD estudiante invitado en la Universidad de Basilea. Directivo de Investigadores chilenos en Suiza (ICES).
— ¿Qué opinión te merece el estado actual de las negociaciones Mercosur-AELC?
— Las negociaciones entre Mercosur y la AELC son, sin duda, estratégicas y atractivas para ambas partes. Mercosur representanta una población de más de 290 millones de personas y es una fuente importante de materias primas y recursos naturales que la AELC necesita para sostener su economía. Además, la AELC ofrece a Mercosur un destino económico relativamente estable para sus exportaciones, lo cual es especialmente relevante en el contexto internacional actual, donde las grandes economías están cada vez más preocupadas por diversificar sus fuentes de recursos básicos. Sin embargo, hay múltiples desafíos en estas negociaciones. La falta de experiencia del Mercosur en alcanzar acuerdos comerciales complejos es evidente, especialmente en comparación con los países europeos que han desarrollado una integración económica más avanzada. Además, la inestabilidad política en la región ha dificultado los esfuerzos de integración, lo que se traduce en una falta de cohesión interna y liderazgo dentro del bloque. Esto no solo complica las negociaciones, sino que también afecta la capacidad del Mercosur para abordar problemas cruciales, como la crisis en Venezuela y la lucha contra el narcotráfico. Desde una perspectiva económica y ambiental, es fundamental que estas negociaciones incluyan discusiones sobre el costo social de la producción y exportación de recursos naturales. La deforestación y la degradación ambiental deben ser tenidas en cuenta. Un acuerdo que no considere estos aspectos podría llevar a un deterioro significativo de los recursos naturales en la región, afectando a largo plazo la sostenibilidad tanto económica como ambiental en los países del Mercosur.
— ¿Qué perspectivas se podrían avizorar para mejorar el comercio Suiza con países del Mercosur?
— En mi opinion, mejorar el comercio entre Suiza y los países del Mercosur no se trata simplemente de aumentar el volumen de intercambio, sino de asegurar que este comercio sea justo y sostenible a lo largo de toda la cadena de suministro. Las empresas suizas que operan en la región deben comprometerse a mantener los mismos estándares ambientales y sociales que aplicarían en Europa. Esto incluye la reducción de las externalidades negativas asociadas con la producción y el comercio, como las emisiones de carbono, la contaminación y la explotación laboral. Además, es crucial que las economías del Mercosur implementen prácticas de trazabilidad y transparencia que permitan a los consumidores suizos conocer los impactos sociales, ambientales y económicos de los productos que adquieren. La trazabilidad no solo garantiza la calidad del producto, sino que también permite a los consumidores tomar decisiones informadas basadas en el origen y las prácticas de producción. Actualmente, la información disponible en los supermercados suizos sobre productos provenientes del Mercosur es limitada, lo que impide a los consumidores evaluar adecuadamente su impacto. El consumidor suizo, que es exigente y consciente del impacto de sus decisiones de compra, valorará enormemente esta transparencia.
— ¿Algunas sugerencias, en materia de formación de jóvenes?
— La formación de jóvenes en la región del Mercosur, con el apoyo de Suiza, podría ser un factor clave para el desarrollo económico y social a largo plazo. Es fundamental diseñar programas educativos que no solo se enfoquen en áreas tradicionales de comercio y negocios, sino que también incluyan formación en sostenibilidad, impacto ambiental y responsabilidad social. Además, sería beneficioso promover un mayor entendimiento cultural entre ambos bloques. El conocimiento mutuo de las culturas podría facilitar no solo el comercio, sino también el intercambio de ideas y la colaboración en proyectos conjuntos. Esto es particularmente relevante en un contexto donde la cooperación internacional es esencial para abordar desafíos globales como el cambio climático y la pobreza. La inteligencia artificial (IA) y otras tecnologías disruptivas han transformado la educación y pueden ser herramientas poderosas para romper barreras geográficas y idiomáticas. Los programas de formación podrían aprovechar estas tecnologías para ofrecer una educación más accesible y personalizada, permitiendo a los jóvenes en el Mercosur adquirir habilidades que les permitan competir en un mercado global.
— ¡Gracias Adolfo!