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Los que han cambiado un fusil por el anhelo de vivir … se visten de blanco
— Por Natalia Vélez Lourido* para © PuntoLatino —
Es 20 de enero de 2013 y el Estadio Pascual Guerrero en Santiago de Cali, Colombia, se encuentra casi lleno. Por los altavoces se escucha la voz de una mujer quien desde el centro de la cancha canta un himno y luego con el grito ¡PAZ PAZ PAZ! enciende el ambiente. Alrededor se ve un estadio vestido de blanco que unirá a desmovilizados, víctimas y público, todos acompañados de sus familias para disfrutar de un partido de fútbol muy especial… hoy las barras bravas no serán un impedimento para estar en paz y tranquilidad.
“Es la primera vez, en seis años, desde que salí de la montaña que estoy viendo un partido de fútbol en un Estadio; es la primer vez que estoy al lado de más de mil víctimas y de frente a un público que sabe que fuimos guerrilleros y que siguen allí, de pie, frente a nosotros, apoyándonos, apoyando la paz de Colombia y con la seguridad de que esa paz es la construcción de un mundo mejor.”
Estas son las palabras de uno de los desmovilizados que asistió al evento “Clásico Blanco por la Reconciliación” y que con lágrimas en los ojos agradeció el poder estar en un sitio público sin tener que ocultar el proceso que lleva en la Agencia Colombiana para
Reintegración (ACR)
Cerca de 25.000 personas asistieron al Clásico Blanco por la Reconciliación
En la búsqueda de espacios que promovieran la reconciliación, la ACR halló el escenario preciso: un encuentro de fútbol, deporte que convoca la mayor de las aficiones en Colombia y con la cooperación de la Alcaldía de Santiago de Cali, reunió a los dos equipos representativos de la ciudad; el Deportivo Cali y América en un evento denominado “CLÁSICO BLANCO”.
Por primera vez en 7 años, mil de los 55.203 desmovilizados (guerrilleros y paramilitares) se enfrentan a un público para pedir perdón a las víctimas en un acto de reparación y reconciliación.
Este es uno de los logros que ha tenido la ACR, dado el objetivo que tiene el programa de intervenir en la vida comunitaria a través de actividades que invitan a la resolución pacífica de conflictos, la convivencia y la tolerancia frente a la diferencia, como condiciones sociales fundamentales.
La dinámica del proceso ¿o un proceso dinámico?
La ACR lidera desde el año 2006 el proceso de retorno a la sociedad, de las personas que se desmovilizan de los grupos armados al margen de la ley, en la asunción de su compromiso de mantenerse dentro de la legalidad, generando procesos de convivencia pacífica y corresponsabilidad con las comunidades que los acogen. Esto quiere decir, que hoy en día se trabaja no sólo por los desmovilizados, sino también por sus familias y la comunidad receptora.
La importancia de la corresponsabilidad emerge luego de un período que se inicio en el año 2006, en el cual el proceso se caracterizó por estar totalmente “dentro y por” el Estado. Luego, bajo el gobierno del presidente Juan Manuel Santos se incorpora al sector privado y el tercer sector, en un proyecto que busca hacerle entender a la comunidad que la reintegración es el verdadero camino hacia la paz. Bajo esta visión se hace necesario que las personas se apropien del proceso, generar oportunidades para las personas desmovilizadas y poder garantizar esas condiciones de no repetición para que ni ellos ni sus familias vuelvan a situarse al margen de la ley.
Qué recibe la persona desmovilizada
Para recibir un apoyo económico mensual, el proceso de reintegración exige un compromiso de parte de la persona desmovilizada, consistente en aceptar y cumplir con un programa paso a paso: acompañamiento psicosocial que se produce con talleres psicosociales individuales, grupales, familiares y comunitarios; adquisición de formación académica, que conduce a terminar un nivel de educación primaria para adquirir la condición de leer y escribir. Finalmente se enfoca en la formación para el trabajo, con el objetivo de que esta población logre prepararse para desempeñar oficios escogidos de acuerdo a sus aptitudes.
Las personas en proceso de reintegración son vinculadas al régimen subsidiado de salud y reciben acompañamiento en un proceso de empleabilidad, que hace parte de la gestión que se hace con entes externos o reciben asesoría para que ellos hagan uso de un capital semilla que también incluye el proceso, para poder montar sus planes de negocio.
Tres etapas del proceso
Lo anterior lleva a que el proceso se divida en 3 etapas: la etapa básica les enseña a interactuar con las familias y con la sociedad, esto es mecanismo de la civilidad. Se busca una reintegración a la vida civil con el grupo próximo, esto quiere decir familia, amigos, actores institucionales y sociales, para que logren sentirse acogidos, pues muchos de ellos fueron reclutados siendo menores de edad y no conocen como funciona la sociedad en la legalidad. En resumen este primer paso les enseña a interactuar con las familias y con la sociedad, esto es mecanismo de la civilidad.
La etapa intermedia, se enfoca en la capacitación para el trabajo y es donde se analiza con ellos el tema de formación para el trabajo y desempeño de manera formal.
La tercera etapa del proceso es un trabajo con víctimas, tema de servicio social. Es aquí en donde los desmovilizados culminan su proceso de desmovilización y en donde se dice que el desmovilizado se ha reintegrado a la sociedad. La escogencia de un evento como el “Clásico Blanco” marcó a la perfección la culminación de esta etapa y representó un paso significativo y conmovedor para todos, ¡todos! los participantes en el proceso.
(*) Politóloga. Funcionaria de la ACR.
nvelezlourido[at]hotmail.com