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ESPAÑA: paro y migración. Competitividad una de las claves para la recuperación económica

— Por Tomás Aleñar Feliu, economista y doctorando en liderazgo empresarial por la Universidad CEU de Barcelona, colaboración para © PuntoLatino

De migrantes obreros y migrantes profesionales
Cuatro décadas más tarde se repite la historia y Suiza vuelve a ser país receptor de una buena parte de la emigración española cuya economía agoniza con una tasa de paro que roza ya el 26 por ciento sin vislumbrarse, al menos de momento, solución efectiva.

Lejos están todavía los niveles de inmigración de los años 70 en los que se alcanzaron más de 170.000 españoles viviendo en Suiza, pero la tendencia creciente apunta a que los 4.584 inmigrantes que llegaron en 2011 puedan ser ampliamente superados este año 2012 en curso, con tendencia alcista en el futuro inmediato. [Ilustación: © oit]

A diferencia de aquellas fechas lo que ha cambiado claramente es el nivel de preparación y formación de los españoles que inician la «aventura suiza». El perfil de los inmigrantes de hace 40 años era el de empleados poco calificados y, aunque actualmente esta figura prevalece entre los recién llegados, ahora comparten protagonismo con los arquitectos, los ingenieros y el personal de administración que demanda en estos momentos el mercado laboral helvético.

Tras Francia y Alemania, Suiza es el país europeo donde vive un mayor número de españoles, aunque desde el Ministerio de Empleo y Seguridad Social se advierte de que es difícil afirmar que existe una correlación entre la cifra total de residentes y la de quienes acuden en la actualidad a cada país en busca de trabajo.

Crisis y políticas económicas
Pero, ¿qué ha pasado realmente en España?, ¿cómo es posible que se haya pasado de ser el país con mayor crecimiento del continente a estar sufriendo casi un 26% de paro?

Básicamente es consecuencia de dos efectos yuxtapuestos y perversos: una política de reducción del endeudamiento poco inteligente por parte de los gobiernos español y europeo unido a una codicia inconsciente de todos los agentes económicos. [Ilustración: © Instituto de Desarrollo Comunitario (España) – idc]

En USA, a diferencia de Europa, las políticas monetarias han ido encaminadas a reducir el endeudamiento en un orden mucho más práctico ya que han iniciado el saneamiento por los bancos hace tres años y, una vez reforzado el sector, han ido ajustando los presupuestos públicos sin que la economía sufra el efecto rebote de la desaceleración provocada por los recortes. 

En Europa, y especialmente en España, el efecto de los recortes ha supuesto entrar en un círculo pernicioso por el que por cada euro recortado se está produciendo una bajada de 1,7 euros del PIB cuando inicialmente las expectativas eran de una relación 1 contra 0,5 de bajada del PIB al iniciar el proceso.

Por otra parte la actuación de los agentes económicos (Gobierno, bancos, empresas y particulares) han alentando una producción que realmente no generaba verdadero valor añadido en torno a los sectores relacionados con la construcción y vinculados a una financiación desmesurada que preveía ingresos futuros que no se han producido.

Este proceso lo podemos catalogar de inconsciente ya que se produjo tras un largo período de bonanza en el que la población llegó a creerse que la riqueza era real y no fruto de una burbuja sin sentido que se vislumbraba desde muchos foros y que no se pinchó a tiempo.

El camino hacia la recuperación económica: competitividad
Ante esta perspectiva en España no nos queda otro camino que el de entonar el mea culpa, y reinventarnos para buscar la productividad, sectores alternativos, exportaciones, calidad en el turismo, etc.

Si queremos afrontar con firmeza el camino hacia la recuperación económica deberemos tomar conciencia de las principales oportunidades de mejora y los medios para afrontarla de la manera más eficaz. [Ilustración: definicionabc.com – España]

Además de la profunda crisis que estamos sufriendo, tenemos un grave problema estructural que puede ralentizar la posible y anhelada recuperación económica: la competitividad española es una de las más bajas de Europa y va perdiendo fuelle año tras año.

Concretamente el año pasado perdió nueve puestos situándose ahora en el 42, por detrás de países como Polonia (39) o Chipre (40), según el ‘Informe Global de Competitividad 2010-2011 elaborado por el Foro Económico Mundial de Davos.

Si no conseguimos superar esta lacra será imposible crecer y mejorar económicamente de manera sostenible.

Uno de los motivos que inciden más directamente sobre esta baja capacidad competitiva es el escaso rendimiento que sufren en general las empresas por no saber descubrir el verdadero potencial de sus recursos humanos.

Un ejemplo concreto que alienta la competitividad
Los tiempos han cambiado, estamos en la nueva Era de la Información y el Conocimiento y como diría Stephen Covey hoy toca liderar escuchando la “voz” de los colaboradores.

Las organizaciones más avanzadas, que curiosamente son también las más competitivas, apuestan por un liderazgo basado en aprovechar los talentos de sus empleados y en la medida de lo posible facilitar su desarrollo.

El trasnochado jefe poco transparente y nada dialogante debe dejar paso a unas relaciones sociales más abiertas que alienten la capacidad de decisión de sus colaboradores (el llamado empowerment) que es, en definitiva, el verdadero valor de la empresa.

El coaching conceptualmente juega un importante papel en este necesario cambio al que nos vemos abocados en nuestro país. No es fácil desempolvar talentos o detectarlos y potenciarlos, pero con técnicas avanzadas y profesionales muchas empresas están teniendo importantes mejoras tanto en resultados de balance como mejoras del entorno laboral.

Desde el coaching apostamos por la transformación del «líder clásico» al «líder coach» mediante herramientas que faciliten el cambio y mediante una formación de calidad guiada por los mejores profesionales para acompañar en este proceso.

Paralelamente a esta reestructuración conceptual de la utilización de los recursos humanos se hace necesaria una inyección de optimismo y energía hacia las políticas emprendedoras que desarrollen nuevos sectores y den contenido al elevadísimo paro que sufrimos.

Seamos pues optimistas trabajando por una mejora de las estructuras productivas españolas poniendo en marcha programas de reconversión que apuesten por una generación que se merece algo mejor.

Bercelona, diciembre 2012 – Tomás Aleñar Feliu para © PuntoLatino


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