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Índice de democracia 2021 (The Economist)

El Índice de Democracia de The Economist es una referencia ora contestada ora elogiada para analistas, políticos y medios de comunicación. 9 de febrero 2022.

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 Fuente: EOM

Desde 2006, la Unidad de Inteligencia de The Economist elabora un Índice de Democracia en el que repasa el estado de la democracia en 165 países y dos territorios autónomos del mapa del mundo. Basándose en cinco categorías ―proceso electoral y electoralismo, funcionamiento gubernamental, participación política, cultura política y libertades civiles―, la revista divide todos los Estados analizados en cuatro tipos de regímenes según su nota global: democracia plena, democracia imperfecta, régimen híbrido o régimen autoritario.

En su nueva edición, la correspondiente al año 2021, el Índice de Democracia de The Economist refleja que menos de la mitad de la población del planeta, cerca del 45%, vive en algún tipo de democracia. Además, cerca de un 37% de la población mundial está gobernada por un régimen autoritario, debido principalmente a la situación que vive China y sus casi 1.400 millones de habitantes. India, otro de los países que ha sufrido un importante recorte de libertades civiles en los últimos años y que ya se clasifica como régimen autocrático en otros análisis, sigue siendo calificado como democracia –imperfecta– por la publicación británica (Álvaro Merino, EOM). Ver más

Los 10 primeros puestos: Noruega (1), N. Zelanda, Finlandia, Suecia, Islandia, Dinamarca, Irlanda, Taiwán, Australia, Suiza (10)

Urgente 24. En el día de ayer se publicó la última edición del reporte de Índice de Democracia de The Economist Intelligence Unit. Este reporte comprende una medición en los niveles democráticos globales, los cuales continúan en declive en relación a las mediciones del 2021. Demostrando una vez mas como Latinoamérica deja mucho que desear en la calidad democrática de sus países.

Comprendiendo como índices principales los procesos electorales, el nivel de pluralismo, el funcionamiento del gobierno, la participación política, las libertades civiles y la cultura en política democrática que comprenden todos los regímenes democráticos en el mundo, se reveló principalmente que mas de un tercio de la población mundial se encuentra bajo mando autoritario, cuando solamente un 6,4% disfruta de un régimen totalmente democrático. Ver más

El País (10.02.2022, J.P.C. – VER). El 98% de los latinoamericanos no vive en una democracia completa, según el índice de ‘The Economist’.

Para la revista británica solo en Uruguay y Costa Rica hay garantías democráticas plenas. En el resto de la región, la lista contempla cuatro regímenes autoritarios —Haití, Nicaragua, Cuba y Venezuela— y democracias defectuosas o híbridas.

2021 fue un año con una agenda electoral intensa para Latinoamérica, pero las instituciones democráticas de la región nunca habían sido tan frágiles. “Alrededor del 80% de la población de la región vive bajo un régimen democrático, pero solo el 1,3% (los habitantes de Uruguay y Costa Rica) lo hacen bajo una democracia completa”, señala el Índice que elabora anualmente la revista The Economist, publicado este martes.

América Latina ha vivido en los últimos meses históricos cambios de Gobierno en Chile y Honduras. También ha habido comicios en Perú o Ecuador, pero, según el semanario británico, “a los votantes se les presentaron candidatos que representaban agendas muy diferentes, desatando el colapso de la política de centro y la creciente polarización”. Entre el escepticismo sobre la eficacia de los gobiernos, el autoritarismo con rienda libre gracias a la pandemia y el desgaste de las instituciones por parte de “populistas iliberales”, la clasificación de la salud de las democracias alrededor del mundo de The Economist afirma que Latinoamérica sufrió la “mayor rebaja” registrada en su índice desde que empezó a publicarlo en 2006 (pueden consultar la lista completa al final del artículo).

Chile, por ejemplo, pasó de ser clasificada como una “democracia completa” a una “defectuosa”. No importó el arranque del proceso de reforma constitucional ni la victoria de Gabriel Boric, el presidente más joven en la historia de un país empujado por sus movimientos estudiantiles, sino el contexto de estos eventos. En Chile, aún así una de las democracias regionales más sanas del índice, votó solo el 55% de los habilitados en una elección que The Economist define como la del “colapso de las poderosas coaliciones de centro” en la que terminaron compitiendo Boric y el ultraderechista José Antonio Kast, “que ocupan visiones diametralmente opuestas en economía y políticas sociales”. La misma vara sirvió para medir las victorias de Pedro Castillo en Perú o Xiomara Castro en Honduras.

El índice de la revista The Economist juzga la calidad democrática alrededor del mundo guiándose por cinco criterios: el pluralismo electoral y la existencia de procesos democráticos; el funcionamiento del gobierno; la participación política de los ciudadanos; la cultura política del país; y el respeto a las libertades civiles. A partir de estos, otorga una calificación a cada país en un índice que en 2021 fue encabezado por Suecia, con una puntuación de 9.88, y que situó a Afganistán en el final de la tabla, con un 0.32.

Los países de Latinoamérica registraron un descenso en todos los criterios. Bajo estos estándares, Ecuador, México y Paraguay perdieron su estado de “democracias defectuosas” y ahora son designados como “regímenes híbridos”; mientras que Haití pasó a integrar la lista de “regímenes autoritarios” junto a Cuba, Venezuela y Nicaragua. En un contexto en el que los ataques populistas a las instituciones van en ascenso –la publicación británica señala con especial preocupación a los Gobiernos de Jair Bolsonaro en Brasil, Andrés Manuel López Obrador en México y Nayib Bukele en El Salvador– Uruguay y Costa Rica son los únicos países que mantienen una puntuación suficiente como para ser consideradas “democracias completas”.

 

El estado de la democracia en el mundo

— Statista, 15 de febrero 2022. Mónica Mena Roa. VER

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El ‘Índice de Democracia Global’ elaborado por la ‘Unidad de Inteligencia’ de la revista británica The Economist, otorga desde 2006 una puntuación a la salud democrática del planeta (representada por 167 Estados). El informe establece cuatro categorías para calificar el nivel democrático de cada país —democracia plena, democracia deficiente, régimen híbrido y régimen autoritario— en base a su sistema electoral y pluralismo político, las libertades civiles, el funcionamiento de su Gobierno, la participación política y la cultura política.

En la última edición publicada, correspondiente al año 2021, solo 21 países del mundo han sido calificados como ‘democracias plenas’, incluidos todos los países escandinavos, varias naciones de Europa Occidental, así como Canadá, Nueva Zelanda, Australia, Uruguay, Mauricio, Costa Rica, Corea del Sur, Taiwán y Japón. A nivel global, los países peor valorados son Afganistán, Myanmar y Corea del Norte.

España, por su parte, ha bajado 0,18 puntos en el índice, y pasa de ser una ‘democracia plena’ a una ‘democracia deficiente’. El semanario británico informa que este descenso se debe, principalmente, a una rebaja en su puntuación de independencia judicial, uno de los cinco indicadores analizados en cada país. Dicha rebaja está relacionada con el bloqueo actual en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

América Latina no solo es la región del mundo en la que la democracia ha experimentado un mayor deterioro en 2021, sino que además ha batido un récord con el descenso más contundente desde que se lanzó el ranking en 2006. Chile, que en 2020 se posicionó como el segundo país más democrático de la región, ha caído en 2021 al tercer lugar, y ahora es considerado una ‘democracia deficiente’. Ecuador, México y Paraguay han pasado de ‘democracias deficientes’ a ‘regímenes híbridos’. El primer puesto en la clasificación regional lo ocupa Uruguay, siendo el país más democrático de América Latina y considerado ‘democracia plena’, al igual que Costa Rica.

El índice global de la democracia en 2021 también ha padecido un declive. La puntuación media de los países ha disminuido hasta los 5,28 puntos (sobre un total de 10), frente a los 5,37 del año anterior, sufriendo la mayor caída anual desde 2010.

 

 

Bolivia baja cuatro puestos en índice de democracia y continúa como «régimen híbrido»

Página Siete (Bolivia, 10.02.2022). El país registra su peor puntaje desde 2006, con una especial caída en «cultura política», según un estudio de The Economist.

La publicación británica The Economist dio a conocer este miércoles el Índice de Democrática 2021 en el que Bolivia cayó cuatro puestos hasta el 98. De esta forma, se mantiene dentro de los denominados «regímenes híbridos» junto a países como Ecuador, México y Honduras.

En concreto, el país recibió un puntaje de 4,65 sobre 10, recibiendo una especial baja nota en cultura política con 2,5. Las otras categorías analizadas son: proceso electoral y pluralismo, en el que Bolivia obtuvo 4,75; funcionamiento del Gobierno, con 4,29; participación política con 6,11; y libertades civiles con 5,59.

De acuerdo a los datos históricos de The Economist, que abarcan el periodo entre 2006 y 2021, este es el peor puntaje obtenido por Bolivia desde la primera publicación del índice. El más cercano fue en 2019 cuando el país obtuvo un 4,84, pero los demás años se mantuvo por encima del 5. En 2008, el país registró su mejor puntuación con un 6,15.

Con la actual cifra, el país se posiciona por debajo del promedio regional (5,83) y en la parte inferior de la tabla latinoamericana. Por debajo de Bolivia solo se encuentran Guatemala (4,62), Haití (3,48), Nicaragua (2,69), Cuba (2,59) y Venezuela (2,11). Dicha lista es liderada por Uruguay (8,85), Costa Rica (8,07) y Chile (7,92).

«El cambio en el puntaje de la región en 2021 fue el mayor declive interanual experimentado por cualquier región desde el inicio del Índice de Democracia en 2006. (…) El puntaje de la región en todas las categorías empeoró en 2021, liderado por un fuerte descenso en la puntuación de cultura política. Esto refleja el descontento público con el manejo de la pandemia por parte de los gobiernos, que amplificó una tendencia preexistente de creciente escepticismo sobre la capacidad de los gobiernos democráticos para abordar los problemas de la región y una creciente tolerancia hacia una gobernanza autoritaria», destaca la publicación. Ver

The Economist. Se puede descargar el informe completo en inglés. VER

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